Los inmigrantes ya no son bien recibidos en el Reino Unido, tampoco los europeos y tampoco los estudiantes. "Vamos a decir algo bien alto y claro: no nos vamos de la Unión Europea para renunciar otra vez al control de la inmigración", señala Theresa May.

La primera ministra británica, Theresa May, ha desvelado en un duro discurso nacionalista cómo quiere que sea el país en la era postbrexit: "Si crees que eres ciudadano del mundo, eres ciudadano de ninguna parte".

Las empresas tendrán que dar al gobierno cifras de sus trabajadores extranjeros. Habrá restricciones a estudiantes en las universidades. Nuevas políticas que suenan a viejo, a relacionar a los inmigrantes con la delincuencia y con que roban los trabajos a los británicos.

Los españoles allí creen que es una caza de brujas: "Esto ya es casi casi racismo", explica una española. Mensajes antiinmigración que auguran un duro divorcio con la UE no será nada fácil.