Consecuencias del conflicto

Un horror de por vida: los expertos señalan las graves secuelas que sufren y sufrirán los gazatíes por la guerra

El contexto
Otros conflictos, como la Segunda Guerra Mundial, han enseñado las consecuencias catastróficas a medio y largo plazo de privar a la población de hambre que está sufriendo a día de hoy la población gazatí.

Gazatíes alrededor de los escombros de un edificio derruido por Israel
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Gaza lleva sufriendo un asedio israelí constante desde hace un año y medio, unos ataques que ya no solo provocan los daños obvios inmediatos, sino que la situación que vive día a día la población gazatí les dejará secuelas de por vida y se van agravando mientras sigue sin haber un acuerdo de paz.

Todos los niños gazatíes menores de cinco años están al borde de la muerte por inanición. Apenas hay comida y agua potable en Gaza, lo que aboca a los palestinos a un hambre extrema que no cesará cuando acaben las bombas.

Las secuelas derivadas de la guerra van a ser para los supervivientes de por vida. A largo plazo, la malnutrición puede producir retraso del crecimiento o deterioro del desarrollo cognitivo. Sin ir más lejos, 17.000 embarazadas y madres lactantes necesitarán tratamiento por malnutrición aguda en los próximos 11 meses solo si la guerra en Gaza terminara ahora.

La desnutrición dificulta la curación de lesiones y la lucha contra enfermedades transmisibles comunes y también favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares. "Lo que nos encontramos son con consecuencias absolutamente devastadoras. Cuanto más tiempo pasa, cuanto más grave es esta situación ese impacto sobre su futuro, sobre su condición física y mental se vuelve mucho más grave", alerta Chema Vera, director ejecutivo de UNICEF España.

Otros conflictos, como el de la Segunda Guerra Mundial, han enseñado las consecuencias catastróficas de privar a la población de hambre. En 1944, los neerlandeses sufrieron un bloqueo por parte de los nazis. Es lo que se conoce como el Invierno del hambre. Afectó a toda una generación de forma permanente, que no solo tuvo que luchar contra las enfermedades, también contra las secuelas psicológicas y las cicatrices. "Es el terror absoluto, es vivir bajo el miedo, tener una inseguridad extrema, que no te protege nadie", comenta Chema Vera.

Para paliar las consecuencias, es clave cuánto dura el conflicto y la situación de normalidad que se brinde después a los supervivientes. Y en Gaza, que llevan un año y medio sitiados sin saber cuándo caerá la próxima bomba y sin nada que llevarse a la boca, tampoco parece optimista que los gazatíes puedan volver a la normalidad en un futuro cercano.