El 'Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria' y 'Médicos sin fronteras' han presentado el Informe 'La Acción humanitaria en 2021-2022: más allá de la guerra de Ucrania'. Y las conclusiones dejan al descubierto una palpable desigualdad. Las principales potencias del mundo no han escatimado millones y arsenal militar para ayudar a Ucrania en la guerra con Rusia. El gobierno de Zelenski ha anunciado que recibieron 23.000 millones de euros por parte de las principales potencias. Esa ayuda internacional también se plasma en la acogida de refugiados y desplazados por la guerra.

Mientras las fronteras permanecen cerradas y los trámites de asilo conllevan meses de espera para refugiados africanos y asiáticos; 4,8 millones de ucranianos gozan de una protección temporal en países como Polonia, Alemania, España, Rumania o Eslovaquia, según datos oficiales de ACNUR. El éxodo ucraniano ha contribuido a alcanzar un récord en el mundo. Por primera vez el número de refugiados y desplazados por las guerras han superado los 100 millones de personas. Concretamente 103 millones de acuerdo con las estadísticas de la ONU.

Los 32 conflictos armados activos, algunos enquistados desde hace décadas, también arrojan otro registro histórico: el gasto militar mundial se ha disparado en 2021. Con más de 2.000 billones de euros. Siendo EE. UU., China y la India los que más invierten en Defensa según datos del 'Stockholm International Peace Research Institute'. Cifras que contrastan con la financiación humanitaria internacional, que se sitúa en 31.300 millones de dólares entre los años 2018 y 2021. Es decir, un 2,6% más que en el periodo anterior.

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¿Por qué es importante? Los diferentes niveles de cobertura de las crisis reflejan una atención muy desigual entre las crisis mediáticas como la de Ucrania, y las crisis olvidadas, como las de Afganistán, Siria, Yemen, Mozambique o Palestina.

  • El codirector de IECAH y analista de 'Al Rojo Vivo', Jesús Núñez Villaverde, explica el motivo de la desigualdad. "La guerra de Ucrania está sucediendo en Europa y eso nos lleva a tomar las cosas distintas. Tiene mucha capacidad de contaminación. Por ejemplo en la crisis alimentaria. Y si la cosa va a más puede haber un conflicto continental sin descartar el uso de armas nucleares. Desde esa perspectiva europea, española es natural que sensibilice más que lo que pasa a los rohingya o en Pakistán. La implicación que ha derivado en crisis económica, energética, que notamos en nuestros bolsillos. No afecta lo que ocurre en República Democrática del Congo pero sí aquí y dirigimos la mirada a Ucrania".
  • "Ucrania desvía la atención y hay muchos conflictos que se agudizan. La sequía, desplazamientos y conflictos son puntos en común. Por ejemplo en el Sahel, Burkina, Chad, Mali o Níger. Sitios donde hay violencia criminal, donde no se puede operar. Lugares que no aparecen en la prensa como Mozambique, con un millón de desplazados. País con intereses de terceros por sus recursos naturales. Luego están Yemen, Afganistán, Etiopía. En Tigray ha habido alto el fuego pero no tienen bancos, telecomunicaciones... La comida está limitada", advierte Aitor Zabalgogeazkoa, responsable de la Unidad de Emergencias MSF España
  • Raquel Juárez González, coordinadora de MSF España, asegura que "el conflicto de Ucrania ha producido una inmensa reacción de solidaridad que no solo se explica por el efecto mediático o los factores geopolíticos, sino también por la percepción de proximidad geográfica, cultural y socioeconómica. Sin embargo debemos priorizar los principios de imparcialidad e independencia en la acción humanitaria".

Y mientras tanto... la guerra en Ucrania ha contribuido a alcanzar un récord mundial. Según el 'Informe de tendencias de ACNUR', presentado a mediados de noviembre, se superaron los 100 millones de personas refugiadas y desplazadas en el mundo. Exactamente 103 millones de los cuales 11,7 millones corresponden a ucranianos que tuvieron que abandonar su hogar en los seis primeros meses de 2022. Se espera que los datos finales del año sean mucho más abultados.

  • El codirector del IECAH, Francisco Rey, sostiene que "hay un doble rasero en la respuesta internacional a las crisis. No tiene que ver solo con la economía sino también con la protección de demandantes de asilo. En Europa acoger ucranianos está bien visto pero hay cerrazón con otros como sirios y otros que llegan por el Mediterráneo. Las crisis que salen en los medios generan respuesta civil y política. Las otras, no".
  • "La solidaridad está muy bien pero los gobiernos tienen la obligación de proteger a todos por igual. Y no lo vemos con los refugiados del Mediterráneo Central o los que vienen de Grecia. Hay que invertir en ayudas a la población civil y buscar soluciones", recuerda Aitor Zabalgogeazkoa, de MSF.

Sí, pero... las guerras arrojan cifras récord de damnificados y también de gasto militar. En 2021 se anotaron 32 conflictos armados activos. Y los presupuestos mundiales ascendieron a 2.000 billones de euros según el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute). En lo más alto, Washington con 801.000 millones invertidos. Seguido de Pekín 293.000 millones por Pekín; 65.900 millones por parte de Moscú.

Y lo más preocupante: un montante importante de esos fondos se destinan a una amenaza para la seguridad humana: la proliferación nuclear.

  • "A las crisis olvidadas se le suman las existenciales como la crisis climática y la proliferación de las armas nucleares. Nueve potencias están en los procesos de modernización más ambiciosos de la historia: por ejemplo Moscú y Washington. Y se debilita el marco institucional para limitar esas armas nucleares", avisa Núnez Villaverde.

¿Cómo me afecta? En 2021 la acción humanitaria española se ha incrementado un 12.01% respecto a las cifras de 2020, con un total de 107,58 millones de euros. Un dato que está muy lejos de la cifras que se alcanzaron a finales de la década de los 2000 y principios de la década de 2010, cuando el total de la ayuda humanitaria española llegó a ser de 465 millones de euros.

  • De esos 107, 58 millones, 81,9 millones provienen de fondos de la Administración pública central y 25,6 millones de fondos aportados por la cooperación descentralizada, principalmente por comunidades autónomas y ayuntamientos.

Las ONG y las organizaciones de la sociedad civil canalizaron el 51,01% de todos esos fondos.

  • "Ucrania pone de manifiesto el potencial solidario de la sociedad española con fondos que no se sabe bien cómo fueron canalizados. Es un reto importante para las ONG, para ser capaces de canalizar esas preocupaciones, evitando iniciativas aventureras", manifiesta Francisco Rey, codirector de IECAH.

A nivel mundial, la financiación internacional en 2021 ascendió a 31.300 millones de dólares. Es decir, un 2,6% más que en el periodo anterior. Pero de todo ese dinero solicitado por Naciones Unidas en 2021 apenas se cubrieron un 56% de las necesidades. El segundo peor porcentaje registrado jamás. Solo 20 países proporcionaron el 97% de toda la financiación humanitaria internacional pública, con Reino Unido y EEUU a la cabeza

  • Francisco Rey profundiza: "El actual sistema de financiación humanitaria es reactivo. Es un sistema creado por los países que quieren contribuir.

En el caso de las ONG pueden sobrevivir con fondos propios de socios. Eso les da independencia. Pero el sistema humanitario está basado en un sistema reactivo, colonial. Hay sesgos de nacionalidad y eso no es bueno".

  • "Es imperativo que aboguemos de modo claro que una acción humanitaria merecedora de ese nombre y que esté basada en las ideas básicas de humanidad e imparcialidad", afirma Raquel González Juárez, coordinadora de MSF España.