Tras sufrir la peor derrota de la historia del Reino Unido y sobrevivir a una moción de confianza, Theresa May volverá a intentarlo con un plan B, seguramente, con pocas novedades. Ignacio Molina, analista del Real Instituto Elcano apunta: "Lo más previsible es que fracase o que sea un plan B con poca fuerza política".

En el horizonte, el 29 de marzo, fecha límite para buscar alternativas. El problema es que no dan los números. "Hay varias propuestas en la mesa: un segundo referéndum, no irse, irse de manera dura, pero no hay mayoría a favor de ninguna de ellas", explica Andrea Betti, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Comillas.

La opción de un segundo referéndum era impensable hace unos meses. Aunque para algunos expertos, sería una solución ante la incapacidad de los políticos por llegar a un acuerdo. "Ante esa situación de bloqueos políticos en las élites políticas dicen, bueno, pues traslademos la decisión al pueblo. Y eso podría ocurrir", recalca Molina.

Mientras, el tiempo pasa y el Brexit sigue por el camino de la incertidumbre. Un caos que está bien visto por una parte conservadora: "Veo en Theresa May una voluntad de encontrar un acuerdo como ha demostrado en estos meses. Pero en su partido hay diputados que claramente tienen como objetivo dejar pasar el tiempo y que no haya ningún acuerdo y una salida dura", apunta Betti.

Para evitar un Brexit duro, la Unión Europea estaría dispuesta a facilitar una prórroga, siempre y cuando haya un acuerdo político entre Gobierno y oposición que, a día de hoy, sigue sin existir.