El primer ministro holandés, Mark Rutte, se vio sorprendido este miércoles por un empleado del centro de procesamiento de basuras en La Haya, quien le instó a "no dar dinero" en ayuda financiera a Italia y España, un consejo con el que el liberal contemporizó y prometió "tenerlo en cuenta".

Durante una visita de trabajo al centro de procesamiento de basuras, un empleado, que apareció de forma repentina de detrás de un camión, se dirigió a Rutte para decirle: "Por favor, no dé ese dinero a los italianos y a los españoles". El primer ministro reaccionó, entre risas, con un "No, no, no", y luego le prometió al empleado holandés que "tendrá en cuenta" su consejo, según se puede ver en las imágenes retransmitidas por la televisión holandesa NOS.

El encuentro con este empleado, al que Rutte pone fin levantando el pulgar y marchándose del lugar, refleja las dificultades que tiene, a menos de un año de las elecciones generales, para explicar en casa y ante el Parlamento de La Haya la necesidad de solidaridad financiera con los países europeos más afectados por la crisis del coronavirus.

El populista Foro para la Democracia (FvD) se convirtió el año pasado en el partido más grande del Senado holandés, arrebatando la mayoría a la coalición que gobierna el país, y el ultraderechista Partido de la Libertad (PVV), de Geert Wilders, es el segundo grupo parlamentario, por detrás de los diputados del liberal VVD, el partido de Mark Rutte.

Tanto el FvD como el PVV han atraído a votantes proponiendo en sus programas, entre otras cuestiones, un referéndum sobre la permanencia de Holanda en la UE y defendiendo menos integración europea, rechazando las ayudas financieras entregadas por Bruselas a países del Sur después de la crisis de 2008, un argumento que vuelven a repetir estos días en el Parlamento holandés.

A petición de Holanda y otros países miembros, la Comisión Europea se encuentra ahora investigando las necesidades financieras de cada uno de los Estados comunitarios y los efectos que ha tenido la emergencia sanitaria en sus finanzas, antes de comenzar las negociaciones en Bruselas sobre cómo hacer frente a las deudas para reactivar las economías tras la crisis que deja la pandemia de coronavirus.