Con tanquetas en las calles y un amplio dispositivo policial, París se adelanta al convoy de los antivacunas. "Serán arrestados si bloquean el tráfico, o si intentan bloquear la capital", ha asegurado Jean Castex, primer ministro francés.

En su ruta hacia Bruselas donde esperan manifestarse el lunes, en las próximas horas está previsto que cientos de camioneros y manifestantes colapsen la capital francesa en contra del pase de vacunación. "No estoy vacunada, no me hago test", asegura una mujer negacionista.

En Canadá, el origen de estas movilizaciones, su lucha no desiste. La capital lleva dos semanas sumida en un profundo caos por una caravana de camiones.

Un bloqueo que se ha trasladado al principal puente fronterizo con Estados Unidos, colapsado desde hace días está provocando la paralización de millones de mercancías, siendo el sector del automóvil el más perjudicado.

Ontario ha declarado el estado de emergencia y Estados Unidos ha ofrecido también su ayuda para poner fin al asedio.

En Nueva Zelanda, donde han emulado también protestas contra las restricciones, las diferencias están llegando incluso a las propias familias. "Voy a dejar a mi marido, recibió la dosis de refuerzo hoy. Él se fue, no quiero tener nada que ver con él", indica una manifestante. Allí los antivacunas llevan cuatro días cercando el Parlamento.