Berlusconi, para el que la Fiscalía de Milán había pedido una condena de 3 años y 8 meses de cárcel, era uno de los imputados por este proceso, junto a Fedele Confalonieri, presidente del grupo italiano Mediaset, la compañía audiovisual de la que es propietario el exjefe de Gobierno italiano.
Este proceso se refiere a la compraventa de los derechos de transmisión de películas estadounidenses por parte de Mediaset entre 1994 y 1999, bajo la sospecha de un aumento artificial del precio real de los derechos para evadir dinero al fisco y desviarlo a cuentas en el extranjero.