España es en la actualidad el cuarto país que más vino exporta a China, pero este gran negocio puede peligrar por la subida de los aranceles que Bruselas ha impuesto sobre las importaciones e sus placas solares.

"Si cuando meten a un sector como es el del vino dentro de problemas comerciales más generales en relación con otros productos, casi seguro que vamos a tener problemas", opina Rafael del Rey, Director del Observatorio Español del Mercado del Vino.

El gigante asiático mirará con lupa los envíos procedentes de las bodegas de la Unión. Los viticultores temen que ahora les eleven los impuestos de entrada al país, que a día de hoy rozan el 50%.

Esto repercutiría en las ventas que hasta este momento estaban salvando al sector de la crisis. Sólo el año pasado España vendió cerca de 90 millones de euros en vino a este país. Así lo entiende Fernando Benito de Bodegas Alberto Benito, ya que "perderíamos esos primeros puestos en beneficio de otros productores"

También puede ocurrir que el consumidor chino le de por consumir su propio producto interno porque no puede acceder económicamente al producto que viene del extranjero por su precio.

La vía de negociación promete ser larga, pero los expertos aseguran que hay esperanza porque España, Europa y China tienen en juego, además de los caldos, inversiones, mercado y deuda.