La salud tiene un precio y  el Gobierno valenciano lo tiene claro en lo que a medicamentos se refiere: siempre el más barato y por real decreto. A pesar de que uno provoque efectos secundarios y  el otro no,  el sistema informático le indicará al médico el que tiene que recetar.

Si los médicos recetan otro medicamente del que les dice el sistema informático tendrán que justificar el cambio de tratamiento. Ganan papeleo y pierden  incentivos. Se premia al que recete lo más económico.

Se gratificará con un plus a los facultativos que ‘ahorren’. La norma se pondrá en marcha el 1 de abril en 6 patologías crónicas. Entre ellas la diabetes. A  partir de ahora, por ejemplo, no será la misma tira para todos. Compra centralizada y entrega directa en los ambulatorios. Porque las farmacias ya no dispensarán con receta.

Una dura competencia para un colectivo ahogado ya por los impagos debido a que el Gobierno valenciano todavía les adeuda 362 millones de eurosLa norma abre la puerta a la venta directa en centros públicos de todo tipo de fármacos. Además de la tarjeta sanitaria habrá que llevar también la de crédito.