Multitud de estudiantes se han congregado este jueves alrededor de las principales universidades públicas de Barcelona como parte de la huelga universitaria de 24 horas de estudiantes y profesores convocada por la Plataforma Unitària en Defensa de la Universitat Pública (Pudup). El paro se ha organizado como protesta contra los recortes en educación y para pedir la retirada de la reforma educativa que planea el Gobierno, la Lomce.

La Pudup, que agrupa a los principales sindicatos, profesores, personal administrativo y estudiantes y convoca esta huelga, justifica la movilización por la "emergencia social que viven nuestros centros educativos" por los duros recortes presupuestarios que arrastran en los últimos tres años (168 millones de euros menos) y por la futura reforma educativa del Gobierno. La Pudup rechaza la Lomce porque consideran que "potencia la segregación", tanto por sexo (al financiar colegios que separan niños de niñas) como por clase social, "equiparando la condición de clase con la capacidad de estudiar". En este sentido, la plataforma censura el incremento "desorbitado" de las matrículas universitarias (en Cataluña han aumentado hasta un 67%, dependiendo de la carrera y la renta familiar), a la vez que se restringe el acceso a las becas.

Bajo el grito de "educación pública y de calidad" en una crítica a los recortes educativos que se están aplicando, miles de universitarios y algunos profesores  han recorrido el centro de Barcelona este mediodía. Indignados, culpando al Gobierno, sus principales instituciones y a las entidades bancarias, han lanzado huevos y bolas de pintura contra algunas sedes de estas últimas.

Los Mossos d'Esquadra han hecho varias cargas para disolver a grupos de jóvenes que han quemado contenedores en la calle Nápols, frente a la sede de Unió Democrática de Catalunya (UDC), y se ha producido escaramuzas entre los agentes (la sede estaba protegida por antidisturbios) y algunos manifestantes. Los altercados han acabado con la detención de cinco jóvenes e identificaciones de varios manifestantes.

La manifestación ha partido de plaza Universitat poco antes de la una del mediodía. La marcha ha avanzado dejando a su paso cajeros automáticos rotos y fachadas de entidades bancarias, de la administración pública y centros comerciales manchadas de pintura. Especialmente maltrecha ha salido la antigua sede de la Secretaría de Universidades en Vía Laietana (que acaba de ser trasladada) y el Mobile World Centre de Plaza Catalunya de Barcelona, un edificio recién estrenado con motivo de la capital del móvil.

Frente a la sede de UCD, a la que habían llegado una cuarta parte del grueso de la manifestación (el resto se había disuelto) es donde policía y estudiantes se han encontrado cara a cara. Los jóvenes han lanzado cascotes y botellas contra los agentes y se ha quemado un contenedor. A los pocos minutos, han aparecido decenas de furgonetas de los Mossos y se ha producido una carga policial, que ha dispersado a los estudiantes hasta Arc de Triomf. Las protestas han finalizado en ese punto poco antes de las cuatro de la tarde sin más incidentes.

Profesores y estudiantes estaban llamados a la huelga en una convocatoria que pone la guinda a una semana de actos de protesta, como clases en la calle, concentraciones y asambleas. Se trata del segundo paro de las universidades este curso, después del protagonizado el pasado mes de octubre. La jornada ha empezado con grupos de piquetes muy activos, especialmente en el campus Diagonal y en la Universitat Autónoma, que han bloqueado las puertas de acceso a las facultades, impidiendo la entrada de alumnos y profesores. Los estudiantes también se han concentrado en varios puntos de la ciudad y han cortado la avenida Diagonal y la Ronda de Dalt de Barcelona. Varias columnas de alumnos han partido desde estos puntos para confluir al mediodía en la manifestación en el centro de la ciudad.

El aspecto que presentaban las facultades de la Universidad Autónoma de Barcelona era prácticamente fantasmagórico. Silvia Carrasco, vicerrectora de Estudiantes, paseaba por los pasillos revisando el seguimiento de la huelga. "Ha sido casi total por la ausencia de los estudiantes, aunque en esta ocasión no se había bloqueado el campus y se podía acceder por tren y en coche". La vicerrectora apoya la huelga pero rechaza algunas actitudes de los estudiantes. "No puede ser que ahora tengamos que dedicar recursos a limpiar y reparar los destrozos. Un dinero, que debería ir a becas y a otros destinos". Al contrario que Carrasco, Jordi Massó, decano de la Facultad de Economía, no apoya la huelga: "No creo que sea la mejor forma de solucionar los problemas. Tenemos que asumir que somos más pobres de lo que pensábamos".

La Pudup impulsó una asamblea de profesores universitarios a principios de febrero de la que surgió el acuerdo de "iniciar un ciclo de lucha", que empieza con dicho paro general en los campus. Como antesala, el lunes y el martes se celebraron una cuarentena de clases en la calle.

La Generalitat catalana ha dado un notable ‘tijeretazo’ de 168 millones de euros (casi un 20%) a su aportación a las siete universidades públicas catalanas. Ello, junto a los 200 millones que el gobierno debe a los campus catalanes, ha desbocado los números rojos de los campus, especialmente en los tres grandes (Barcelona, Autónoma y Politécnica). Entre estos suman casi 250 millones de déficit acumulado. Pero ninguna de las universidades se ha librado de unos planes de ajustes para contener el gasto, que han tenido como medida más dolorosa la reducción de plantilla (unos 660 profesores menos este curso y el doble en dos años).