Hay otra operación que simboliza mejor el olfato de este empresario hispano-estadounidense de origen cubano. En 1988, mientras trabajaba para una multinacional, decide ponerse el delantal.

Funda Telepizza, con un capital de apenas 372.000 euros. 11 años después la venta de sus participaciones le dejó 360 millones de euros. Una vida marcada por su infancia, como cuenta él mismo.

"Mi vida fue trastornada a los 13 años, vivía una vida de niño pijo en Cuba y me vi con una mano delante y otra detrás como exiliado político", relata Pujals.

Forjado en mil batallas, y una guerra, la de Vietnam, de donde volvió con una medalla y el grado de capitán. Hoy ocupa el puesto 31 en la lista de los 100 más ricos de España.