Nadie quita ojo a la bolsa china, lo que se ve es una montaña rusa de la que todo el mundo está pendiente. Asumido que el gigante asiático se enfrenta a una transición económica que ralentizará su crecimiento, el debate ahora es el impacto que tendrá en la economía global.
Juan Ignacio Sanz, economista de ESADE, explica que "la onda expansiva podría acabar afectando a la economía mundial".
Quienes piensan que el riesgo de contagio es alto ponen el foco en el hecho de que China represente el 17% de la economía mundial y que si no produce las materias primas caen. Con ellas cae también la economía de los emergentes, de EEUU y de Europa.
Juan Ignacio Crespo, analista financiero, sostiene que "la caída de las materias primas siempre anticipa una recesión".
También hay quien de momento ve el vaso medio lleno. "EEUU ya han digerido la situación", sostiene Joan Miquel Piqué, economista de EADA.
El ahorro que supone la bajada del petróleo y la influencia limitada del mercado chino en Europa serían motivos para el optimismo. Además, EEUU se mantiene firme. José Luis Martínez Campuzano, economista de Citi, destacad que "el crecimiento de la economía de EEUU es una garantía de confianza".
En lo que sí coincide todo el mundo es en que la duración y la intensidad de las turbulencias dependerán de los pasos que dé el Gobierno chino.
LA INESTABILIDAD DE LOS MERCADOS NO DESAPARECE