Pablo tuvo que cerrar su antigua tienda y trasladarse porque no podía competir con los horarios del centro comercial que tenía a escasos metros: "Para competir había que coger a otro empleado, y las ventas no dan para pagar a otro empleado".

La Comunidad de Madrid impulsó la libertad de horarios comerciales con el objetivo del "crecimiento económico y generación de empleo".

Pero en lo que va de año, las ventas han caído en Madrid un 3,9%, cuatro décimas más que la media nacional. Y también es la que más empleo destruye, un 3,2%, frente al 2% de España. "Se está acrecentando el cierre de locales y no se está estimulando ningún consumo", afirma Salvador Bellido, presidente de COPYME.

Ricardo lee la carta que los trabajadores de una conocida multinacional difundieron hace unos meses. Denuncian que, tras la liberalización de horarios, las condiciones laborales han empeorado: "Antes, por trabajar un domingo nos daban un complemento. Ahora lo trabajamos gratis", denuncia Ricardo Navarro, responsable de la sección sindical de CCOO en IKEA.

Mientras, otras comunidades siguen negándose a abrir todos los días, como Cataluña. Porque más horas no implican más ventas.