Aplausos para la bandera, redoble de tambores y desfile. En el día de fiesta nacional en Chipre, el líder de la Iglesia Ortodoxa ha dicho que, si hace falta, venderán los candelabros, pero que lo que ha sucedido, no tiene nombre: "La cantidad de dinero que necesitamos son migajas para la Unión Europea".

Una opinión compartida por el presidente del Parlamento, que ha hablado de "chantaje", y por una población que mira a Bruselas indignada: "Muchos de nosotros creemos que no deberíamos haber entrado en la Unión Europea, que fue un error." Y en las calles, los bancos siguen cerrados, y de los cajeros sólo se puede sacar un máximo de cien euros.

Una situación que debería cambiar este miércoles, momento en que está previsto que abran las entidades más pequeñas, aunque no será hasta el jueves cuando lo hagan los dos grandes bancos del país. Para muchos pequeños comercios, quizás demasiado tarde: "Ya no tengo margen para rebajar más los precios. Ahora me toca despedir a la gente."

En el lujoso hotel Four Seasons, lleno de jubilados rusos, muchos lo tienen claro: es hora de marcharse. Otros tienen esperanza, y por eso han pagado una campaña de publicidad, en la que sobre su bandera se lee: "Hermanos, no nos vendáis".