No es la primera vez que sucede. Y seguro que no será última. La celebración de la Universidad de Wisconsin tras ganar la Duke's May Bowl terminó con el trofeo por los suelos y hecho mil pedazos.
El desgraciado protagonista fue el quarterback del equipo, Graham Mertz, quien dejó caer el trofeo mientras bailaba. Sus compañeros no lo podían creer.
Él mismo pidió disculpas a través de sus redes sociales: "Se me cayó. Fue mi culpa. Mi madre diría que es una pupa, pero toda está bien y saldremos adelante. Será el último trofeo que se me caiga. Lo garantizo".
Aunque, eso sí, se lo tomó con mucho humor: "Sólo quería que todo el mundo pudiese tener un tozo de este trofeo", comentó en otro mensaje.
Pero lo surrealista no terminó ahí. Porque los jugadores, al ver el trofeo completamente, destrozado, decidieron sustituirlo por un bote de mahonesa.
La Universidad de Wisconsin se llevó la victoria ante Wake Forest por un contundente 42 a 28. Y la celebración, ya ven, se les fue de las manos.