Fue una de las alegrías más grandes de la delegación española, uno de esos 17 metales que tanto se ansiaban. Ana Peleteiro brilló en la prueba de triple salto femenino y se llevó una medalla con la que la atleta ya contaba antes de su participación, por mero convencimiento propio.

"Me fui para Tokio diciendo y teniendo clarísimo que me iba a volver con una medalla", asegura en 'Jugones'. Esa confianza la ha ayudado a ser bronce olímpico, aunque le ha costado su esfuerzo: "Algo que he trabajado muchísimo era visualizarme ganando".

Sin embargo, Ana sabía que todo iba a ser más complicado a la hora de la verdad: "Luego llega allí y delante de todas las locas estas que saltan un montón saca tú ese ego de decir: 'yo voy a ganar una medalla'"; pero lo hizo y no puede evitar emocionarse cada vez que habla de ello.

"Quisiera que hubierais visto la cara de mis padres porque era un mapa. Mi padre tenía una sonrisa... estaba tan contento... era impresionante", confesaba la gallega.

Ese éxito no es más que el primero de sus objetivos, que ahora toca cambiar para aspirar a logros más grandes. "Quiero saltar 15 metros, ese es mi objetivo a batir ahora mismo, y, obviamente, seguir yendo a Juegos Olímpicos y coleccionando medallas", concluía.