Cuando Cristiano Ronaldo desembarcó en Old Trafford era un jugador delgado, espigado, muy veloz y con gran habilidad para el regate. Con el tiempo, el crack portugués fue fortaleciendo su físico y explotando su olfato de gol.

Alex Ferguson se percató en los primeros meses de Cristiano en el Manchester que el jugador pasaba poco y retenía el balón demasiado tiempo, lo que incumbía en una lenta circulación del esférico por parte del equipo en su conjunto.

Para ello, Sir Alex, junto a su ayudante Walter Smith, idearon un plan para que Ronaldo cambiara su manera de jugar, que versaba en no pitarle faltas en los partidillos de los entrenamientos con los 'Diablos Rojos'.

"En sus primeros años pasó un momento complicado en el vestuario. Había veces que retenía mucho el balón y no tomaba buenas decisiones con él en los pies. Le tuvieron que decir algunas verdades a la cara pero lo aceptó bien. Tiene una gran personalidad", explicó Darren Fletcher, exjugador del Manchester, en 'The Lockdown Tactics'.

Además, el excompañero del portugués aseguró que este no se enfadaba tras recibir las patadas: "Cuando llegó, decidió que no pitaría faltas en el entrenamiento. Yo sabía que era por Ronaldo. Los chicos volaban los unos a por los otros y Cristiano tenía moratones de las patadas que le daban. Antes no hacíamos faltas suaves pero te las pitaban. Cristiano hacía el regate, te sacaba la falta, se reía y cogía el balón. Así, Walter decidió no pitar faltas en el entreno. Ronaldo durante dos semanas se volvió loco. Decía '¿Quién es este escocés? ¿Qué es esto?'".

Por último, Fletcher aseguró que el método de los preparadores del United funcionó y que Cristiano mejoró en solo una temporada: "Básicamente, los chicos te pegaban donde fuera en el United pero sabías que no te iban a pitar falta. Sinceramente, es impresionante lo rápido que Cristiano empezó a tocarla y correr porque sabía que no le iban a pitar falta y que no tenía sentido quedarse con el balón. Así, empezó a meter más goles y llegar más a posiciones de gol. En la segunda parte de la temporada, cuando llegó Walter Smith, Cristiano dio un gran paso adelante. Me acuerdo de él muy cabreado, aceptando rápido lo que había y empezando a jugar a uno o dos toques, tocando y corriendo más sin balón. Así metía más goles".