En el reino de los ciegos, Di María fue el rey. Un partido marcado por las lesiones, las bajas y las ausencias, el argentino se erigió como dominador de un partido que quedó solventado en la primera parte.

Los parisinos fueron la definición de efectividad de cara a puerta. Sus dos primeros tiros fueron dos goles y ambos los marcó el 'fideo'. El primero, con algo de colaboración de Courtois, que no tapó su palo y por ahí se le acabó colando el esférico.

Ese gol dio alas al PSG, que se asentó en el terreno de juego imponiendo un ritmo de presión y de combinación de balón altísimo. Eso originó el segundo gol del partido, también obra de Di María.

Esta vez fue un latigazo desde la frontal del área que sorprendió a Courtois, que no llegó a detener el balón pese a su estirada. Dos golpes duros en media hora que obligaban a reaccionar a los de Zidane.

Y lo hicieron, aunque la cosa no acabó como esperaba. Gareth Bale, el jugador más participativo del Real Madrid, marcó un golazo... en el que antes se había acomodado el balón con la mano.

Con poco más que la mala sensación de no encontrar el camino llegamos al descanso. Muchas cosas tenían que cambiar en el Real Madrid para reaccionar, pero lo cierto es que el panorama no cambió demasiado en la segunda parte.

La presión alta del PSG ponía en serios problemas a la defensa del Real Madrid, en especial a Varane y a Carvajal. Tanto fue así que Di María tuvo la opción de marcar el tercero, su tercer gol, el último golpe para dejar KO a los blancos... pero falló.

Sarabia, otro jugador muy destacado en el PSG, tuvo también el 3-0 en sus botas, pero Courtois, más atinado que en la primera mitad, frustró su ocasión.

Zidane movió el banquillo, pasando a un 4-4-2 con Lucas Vázquez y Bale en bandas y con Jovic y Benzema en punta de ataque. Lo cierto es que, bien por los cambios o bien por el cansacio del PSG, el Real Madrid mejoró en los minutos finales.

El último cambio fue Vinicius por Bale, un Vinicius que no pudo tener una participación excesiva. Benzema sí que fue más protagonista, con un cabezazo que salió susurrando al palo de la portería de Navas.

Con las energías justas, los jugadores aprovechaban cada parón para coger algo de aire. En el Real Madrid, uno de los más cansados era Kroos. Y en ese cansancio, el PSG aprovechó para cerrar el encuentro con una contra que culminó Meunier para poner el 3-0 definitivo.

Definitivamente, no es el inicio soñado para el Real Madrid en 'su' Champions. Si bien es cierto que el rival era de entidad, la excusa de las bajas no le sirve cuando sus rivales no contaban ni con Neymar, ni con Mbappé, ni con Cavani.

Ya son cinco derrotas seguidas del Real Madrid en Europa sin Sergio Ramos en el campo. Un dato llamativo, unido a que, por primera vez en 12 años, los blancos han perdido su primer partido de Champions.

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