Es muy complicado recordar una temporada tan decepcionante como la que ha hecho el Chelseaeste año. Ni los 600 millones invertido en fichajes, ni los cuatro entrenadores que han pasado por el banquillo 'blue' han servido para que el club londinense se metiera en competiciones europeas.

El Chelsea ha firmado un más que mediocre duodécimo puesto en Premier League, que refleja a la perfección el discreto juego mostrado sobre el césped. Ni Thomas Tuchel, ni Graham Potter, ni Bruno Saltor, ni Frank Lampard han conseguido sacarle partido a una plantilla plagada de estrellas.

Ha sido el propio Lampard el que ha hablado de la situación del vestuario en el 'podcast' 'Diary of a CEO': "Los estándares de entrenamiento no son suficientes. Cuando llegué, me encontré con un equipo en el que no había unión ni espíritu de equipo".

El exfutbolista aseguró que se encontró con jugadores con poca actitud: "Cuando llegué, noté rápidamente que algunos jugadores estaban pensando en su futuro. Había futbolistas que llevaban siete meses sin jugar y se iban a marchar en verano a los que no tengo una varita mágica para motivar".

Lampard dejó su cargo como entrenador a final de temporada y su puesto lo ocupará Mauricio Pochettino. El argentino tendrá la difícil tarea de cohesionar a un equipo que viene de firmar una de las peores clasificaciones en Premier League de su historia.

Además, Pochettino deberá convencer a sus jugadores de una idea de juego sobre la que puedan construir un proyecto y sacar el máximo rendimiento de futbolistas de mucha categoría como Enzo Fernández o Mijailo Mudryck.