A la vista está. Pocas veces se ha visto el Real Madrid en su historia en la tesitura de jugarse parte de la temporada en el tercer partido de la fase de grupos de la Champions. Pero es así. Y buena prueba de ello es que hoy, en Estambul, sale a hablar el entrenador acompañado de su primer capitán en la previa de un partido ante el Galatasaray.
Y es que los datos están ahí: el Madrid marcha último en esta liguilla tras deambular en París y decepcionar en Chamartín ante un protagonista Brujas. Y no solo eso, para más alarma, el conjunto blanco, ganador de cuatro de las últimas seis Copas de Europa llega ahora a la antigua capital del mundo, Constantinopla, dos días después de perder contra un meritorio Mallorca, que hace dos años jugaba en Segunda División B.
"Son 18 años los que estoy aquí, de jugador me pasaba lo mismo. Sé dónde estamos. La presión va a estar", dice Zidane tras el capote previo de Ramos en su defensa: "Todo el mundo sabe que el vestuario está a muerte con Zidane". Pero no es cuestión de tirar de historial ni de ratificar a nadie a base de palabras. El aficionado del Madrid sabe que el equipo en defensa no está y que en ataque no va, y ante ello, la prolongación del respetable en los despachos, es decir, la directiva, como afirmó ayer 'El Chiringuito', ve a Zinedine Zidane en la cuerda flojay, ante la preocupación, en Valdebebas se baraja mover la siguiente pieza en cuestión: José Mourinho, que sigue libre.
Ante esta información del programa de Josep Pedrerol, Ramos tiraba balones fuera hoy desde Estambul: "Si es cierto que la varita de medir es distinta según sean unos u otros, ahí podéis sacar vosotros el sentido", decía el de Camas de manera ambigua aunque reforzada después: "La actitud no se negocia, por eso hay que dejar todo en el campo. Sería fácil decir que Zidane siga hasta el final de la temporada y no habría debates. Hablar de posibles entrenadores a nosotros nos cansa".
Unas declaraciones previas a que Zidane sentenciara: "El fútbol se olvida de lo que has hecho, es la vida. Y para mí es lo mismo, es el presente. El pasado es el pasado. Ahora es el presente. No te voy a decir que no me molesta lo que dicen porque me molesta".
Resentimiento con una crítica que no siempre fue justa, pero que ahora se refrenda en datos y sensaciones, y aunque el técnico destaca que quiere "estar aquí siempre", que es "el responsable de todo" y que "hay que aguantar y tener personalidad", la realidad es que mañana ante el Galatasaray de Falcao, quizá el Real Madrid de Zidane, el que dominó Europa y el mundo de manera hegemónica e incontestable, puede estar jugándose su última oportunidad, porque, como la historia cuenta, incluso los imperios más grandes jamás creados con capitales legendarias como Bizancio y después Constantinopla, algún día, cayeron.