El exdelantero del Barcelona Hans Krankl fue detenido el pasado domingo en la ciudad de Pasching, en Austria, tras supuestamente poner en peligro la vida de un agente de policía mientras el exjugador salía del parking de un estadio de la zona. Krankl fue llevado por hasta seis agentes a una habitación como si de un criminal se tratase, según explica el ex del Barça.

Hipotéticamente el austriaco habría atropellado a un policía, tal y como informó el medio austriaco 'Kronenzeitung'. Sin embargo, Krankl ha negado esto rotundamente.

El incidente se produjo sobre las seis de la tarde, cuando el austriaco se disponía a abandonar el aparcamiento del estadio Raiffeisen Arena Pashing, donde acudió a presenciar un partido de la liga austriaca entre el LASK Linz y el Rapid de Viena.

Según fuentes policiales, el coche de Krankl contactó físicamente con el agente de policía. "A continuación, hizo rodar el vehículo hacia otros dos agentes de policía y sólo se detuvo allí tras otro contacto", comenta el informe policial.

Fue entonces cuando seis agentes le cogieron y le llevaron a la sala de operaciones del estadio para interrogarlo. El austriaco sí ha confirmado esto, pero ha negado que atropellara a un policía.

"Seis policías me llevaron a una habitación como a un criminal"

"Eso no es cierto y lo niego vehementemente. Quise girar a la derecha desde el aparcamiento y me paró un policía que me dijo que tenía que esperar porque primero se llevaban a los aficionados del Rapid en autobús", explica.

"Pero la ruta estaba despejada y no había razón para no dejarme pasar. El agente me exigió entonces la documentación del vehículo y me dijo que estaba detenido. Seis policías me llevaron a una habitación como a un criminal", detalla.

A pesar de que poco después le dejaron irse, la policía le cogió sus datos y hay abierta una investigación. Tras el episodio, Krankl asegura que él nunca haría eso: "Soy amigo de la policía, incluso he dado conciertos benéficos para ellos y he jugado al fútbol con policías".

"El oficial de policía obviamente estaba muy nervioso, tenso y agresivo porque la situación en el estadio era amenazante debido a la presencia de los ultras. Todos los que me conocen saben que nunca pondría en peligro a un policía. Esta es una historia estúpida que me hace sentir muy incómodo", concluye.