Los árbitros de Tercera y Regional Preferente de Baleares han dicho basta. Se han plantado y no habrá fútbol de estas categorías el fin de semana debido a los numerosos casos de violencia que se han producido en los últimos meses.

Un árbitro, Joan Miquel Reus, sufrió una perforación de tímpano en pleno partido, lo que ha sido la gota que ha colmado el vaso. En la Federación Balear de Fútbol han decidido convocar huelga y se negarán a pitar más encuentros hasta que la situación dé un giro de 180 grados.

La decisión se tomó tras una votación masiva, en la que el 98% de los colegiados, la gran mayoría, estaban de acuerdo en no arbitrar ningún encuentro este fin de semana. El objetivo es claro: concienciar a todos los integrantes de los clubes del respeto necesario hacia los árbitros.

"No pitaremos, ya está bien de que nos tomen el pelo", confesó uno de los presentes en la reunión al 'Diario de Mallorca'. "Estamos cansados de que no se haga nada y de que las comisiones antiviolencia no sirvan para nada. Por eso no pitaremos. Lo que no sabemos es si la federación nombrará los partidos o los suspenderá, pero la mayoría no pitará", añadió.

"Lamentamos que no se puedan jugar partidos, pero la mayoría de nosotros no vive del arbitraje y no podemos sentirnos amenazados e insultados constantemente. Últimamente ir a pitar se ha convertido en una odisea", señaló otro de los presentes.

En el caso de que la situación no cambie, los colegiados no volverán a pisar los terrenos de juego en Baleares, ya que consideran que están poniendo en riesgo su integridad física. Además, la Federación de Fútbol de las Islas Baleares ha mostrado su apoyo absoluto al colectivo arbitral.