Roman Abramovich podría pasar de dirigir un club de fútbol a una negociación de paz. La intervención del propietario ruso del Chelsea puede ser clave en la reunión de paz por el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, iniciado tras la orden lanzada por Vladimir Putin para llevar a cabo una intervención militar especial.

Según el medio 'Jewish News', Abramovich habría aceptado la oferta que recibió de Ucrania el pasado fin de semana para mediar en el conflicto y tratar de llegar a un acuerdo en la reunión que se producirá en Bielorrusia, con la intención de detener los ataques de las tropas rusas que buscan la invasión del país ucraniano.

El objetivo es claro: encontrar rápidamente una "resolución pacífica" de la guerra. "Puedo confirmar que la parte ucraniana se puso en contacto con Roman Abramovich para pedirle apoyo con vías a lograr una resolución pacífica y que ha estado tratando de ayudar desde entonces", dijo un portavoz del ruso al propio medio.

"Teniendo en cuenta lo que está en juego, pediríamos que se comprenda por qué no hemos comentado ni la situación como tal ni su participación. Aunque la influencia del señor Abramovich es limitada, él es el único que respondió y se encargó de intentarlo. Si esto tendrá un impacto o no, no lo sé, pero yo mismo estoy en contacto con el personal de Zelenski y sé que están agradecidos por sus esfuerzos genuinos", zanjó.

Su marcha del Chelsea, bajo sospecha

Tras su marcha de la administración del Chelsea, Abramovich dejó todo bien atado en manos de la Fundación del club. "Siempre he tomado decisiones pensando en el mejor interés del club. Delego a la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del club", explicó.

"Durante mis casi 20 años como propietario del Chelsea, he visto mi papel como alguien que custodia el club, con un trabajo que consiste en garantizar que tengamos el mayor éxito posible en el presente y en el futuro", siguió el comunicado.

"La Fundación creo que está ahora mismo en la mejor situación para velar por el club, jugadores, cuerpo técnico y afición", concluyó.

No obstante, aunque el control del Chelsea está en manos de seis testaferros, el ruso sigue siendo el propietario del club, con un valor estimado de 1.900 millones de euros. Esta extraña maniobra está seguida muy de cerca y examinada por las autoridades, ya que tienen la sospecha de que podría ser una nueva forma de operar de los oligarcas rusos para evitar todo tipo de sanciones.