El foco de la polémica vuelve a estar sobre Lance Armstrong casi 10 años después de que le despojasen de siete Tours de Francia por haber consumido sustancias ilegales para mejorar su rendimiento.

Hace unos días, Antoine Vayer, experto francés en ciclismo, destapó una serie de imágenes de distintas etapas en las que el exciclista texano hacía uso de un botón debajo del sillín en lo que parecía ser un motor que aumentaba la cadencia de su bicicleta y le hacía ir más rápido.

El supuesto motor que habría usado Armstrong se trata de un diminuto dispositivo con forma de cilindro y un peso de apenas 800 gramos.

Se trata de un artefacto muy fácil de disimular y que se esconde en los tubos de la bicicleta, de manera que a través de unos cables se conecta con los piñones de la rueda trasera para aumentar una potencia que puede llegar a producir 500W.

La batería iría escondida en la botella y el ciclista solo tendría que activar el dispositivo a través de un botón, que bien puede estar en el manillar o debajo del sillín, como podría ser el caso de Lance Armstrong.

Sin embargo, la bicicleta no funciona solo con el motor, por lo que el ciclista ha de seguir pedaleando al compás. "No es como ir en una moto. Necesitas trabajar duro para hacerla andar", explicó Harry Gibbings, jefe de 'Typhoon', una empresa fabricante de este tipo de motores, en la 'BBC' en 2016.