Dennis Rodman es una leyenda del baloncesto, tanto por ser un gran defensa y su habilidad reboteadora como por todo lo que dio que hablar fuera de pista.

Cuando llegó a los Chicago Bulls es cuando logró hacerse un hueco entre las leyendas de la NBA, aunque ya lo llevaba trabajando desde su etapa en los Detroit Pistons, con quienes logró sus dos primeros anillos.

Sin embargo, su afición a la fiesta y a la bebida hizo que, una vez en los Bulls, el propio Michael Jordan o su entrenador Phil Jackson tuvieran que hacerle frenar.

Uno con los que compartió la cancha, pero también la noche, fue con Toni Kukoc, aunque el croata no fuera capaz de ir al mismo nivel que Rodman.

"Un día éramos cuatro y lo primero que pidió para beber fueron 40 chupitos de vodka y 10 cervezas. Le pregunté si vendría más gente y me dijo que no pero que era importante mantener abierto el bar. Todos los que estaban en el bar aquella noche tuvieron comida y bebida gratis gracias a Rodman. Yo no pude seguirle el ritmo. Salí de fiesta solo una vez con él porque, después de eso, necesitabas un período de recuperación de siete a diez días" , ha confesado Kukoc en una entrevista con 'HRT'.