La feria de abril se despide, pero solo hasta el año que viene. Un alumbrado de más de 200.000 bombillas marcaban en la noche del pescaíto el pistoletazo de salida a casi una semana de baile, comida y diversión. "A mí me da mucha pena que termine. ¡Ya estoy pensando en el año que viene!", cuenta una joven.

Una celebración que atrae a más de un millón de personas entre españoles y extranjeros, que se quedan con ganas de continuar. "Muy poco tiempo, una semana nada más y no da tiempo de venir y encima con este tiempo", cuenta una sevillana.

Una inoportuna lluvia que no ha imposibilitado disfrutar a los presentes, porque con ese arte, nada les agua la fiesta, a pesar de que los hosteleros estimen entre un cinco y 10% menos de ventas respecto a la feria de abril de 2015.

Termina una feria pasada por agua que ha provocado que haya habido menos gente en comparación con otros años con una ocupación hotelera que ha alcanzado un 80%.