Leer sin leer

El 'performative reading', la moda de fingir leer en lugares públicos para parecer más atractivos e interesantes

Los detalles La idea es llevar un libro en lugares en los que la gente nos pueda ver para fingir que leemos y así parecer más interesantes. Y no todos los libros valen. Cuanto más sesudo, mejor.

Imagen de un joven leyendo en el metro recogida en la cuenta Hot Dudes Reading
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El director John Waters, conocido por películas como 'Pink Flamingos', 'Cry-Baby' o 'Polyester', lo es también por regalarnos uno de los mejores y más famosos consejos para ligar: "Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te lo tires". Y la frase del director de cine ha calado en el imaginario colectivo. Leer nos parece sexy, está comprobado.

"Son personas, las que leemos, las que leen, que tienen una gran vida interior y, como se enriquecen a sí mismos, están enriqueciéndonos también a nosotros", explica al respecto la terapeuta Ana Sánchez-Anegón. La prueba de que leer atrae es que, en las aplicaciones de citas, quienes dicen leer reciben más mensajes de potenciales ligues. Y, en la calle, quienes tienen un libro entre las manos reciben también más miradas.

Una fascinación a la que contribuyen también las redes sociales. El perfil de Instagram 'Hot dudes reading' -algo así como "buenorros leyendo"-, se hizo tan popular que acabó convertido en libro. Y conscientes de esta atracción, las editoriales cada vez editan más libros pensando en que queden bonitos en la foto.

Pero hecha la ley, hecha la trampa. Y es que en los últimos tiempos se ha popularizado lo que se conoce como "performative reading": ir a lugares públicos y fingir que leemos. Pero no vale cualquier libro, sino que tiene que ser una de esas obras que creemos que nos van a hacer parecer interesantes. Así, clásicos como 'La broma infinita', 'Crimen y Castigo' o el 'Ulises' de James Joyce son algunos de los libros que más se finge leer.

"Absurdo" o "postureo de toda la vida", dicen algunos. "En el momento del flirteo se puede aceptar que las personas exageren un poco sus virtudes", concede por su parte Sánchez-Anegón. Nuestro consejo es que, si van a fingir leer un libro que ya tienen en las manos, ¿no será mejor que lo lean de verdad?