En 2010, el MOMA le dedicó una retrospectiva en la que otros artistas repitieron las acciones que le hicieron famosa. Para ver su obra, algunos espectadores tuvieron que pasar entre su cuerpo desnudo.

La obra estrella de esta exposición era ella. Entregada al público durante más de 700 horas, ha sido su performance más agotadora. Extraña ver al límite a una mujer que durante más de 40 años ha incomodado al público con su dolor.

Abramovic ha arriesgado su vida varias veces, tirando durante una hora de una flecha que apuntaba a su corazón o dejando su cuerpo a disposición del público, junto a una pistola cargada. Hoy se estrena el documental “Marina Abramovic, The Artist is Present”.