José Díaz ya se ha reencontrado con su ciudad. Durante más de tres meses ha vivido aislado en una cabaña en El Parque Natural de Redes, en Asturias. Fue documentando su experiencia, grabando con un dron unos paisajes sobrecogedores. Lo único que le conectaba con la civilización era una cabaña donde su familia le dejaba baterías para su equipo.

"Aprovechábamos ese intercambio para intercambiarnos cartas", cuenta el director y protagonista de 'Cien días de soledada'. Porque poco más echaba en falta, según dice: "No se siente mucho la soledad. Se siente más en lugares con gente que no te conoce". Subsistió aprovechando los recursos de su entorno. "Con lo que me dio el bosque, la huerta y algunas legumbres que yo tenía ahí tuve más que de sobra", relata José.

Siempre, con la naturaleza como compañera: "Sí, estaba sin compañía humana, pero bueno. Tienes miles de árboles alrededor, viento, ríos con aguas que se están moviendo constantemente, hojas que caen, animales salvajes que se mueven", continúa el documentalista.

Quizá fuese un experimento arriesgado, el de pasar 100 días con uno mismo, pero José Díaz guarda muy buen recuerdo. "Se estaba más en paz", concluye. El resultado ha quedado plasmado en 'cien días de Soledad', un documental que nos muestra la cantidad de cosas que nos sobran para ser felices.