Las labores de limpieza y desinfección son muy importantes durante la pandemia por coronavirus para evitar su contagio y propagación. Por eso, un uso correcto de los productos adecuados es esencial.

Uno de los más eficaces para esta tarea, por no decir el que más, es la lejía, también conocida como hipoclorito sódico. Sin embargo, puede que este producto lo estés utilizando mal. ¿La razón? Si la mezclas con agua caliente, la lejía "se evapora" y no se puede "garantizar su concentración". Esto es porque el hipoclorito a esa temperatura se descompone generando gases tóxicos por lo que el cloro se queda en el ambiente y no en la solución de limpieza.

Así lo ha confirmado la experta en industria alimenticia Gemma del Caño a Maldita Ciencia haciendo hincapié en que hay que renovar esta mezcla cada día. "Debemos preparar la lejía diariamente y en agua fría en las proporciones adecuadas, esa es la única alternativa", explica la experta para una correcta desinfección.

La proporción a la que se refiere es la que indica la Comunidad de Madrid en su página web. Una disolución de lejía al 1:50 que se consigue echando 20 mililitros de lejía casera dentro de una botella de un litro llena de agua del grifo. Para que se integren de forma correcta hay que cerrarla y darle la vuelta varias veces. Una mezcla que habría que hacer como señala Gemma del Caño el mismo día de su uso para que el producto de limpieza no pierda sus propiedades y llegue a su finalidad: desinfectar.

Para ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha facilitado una serie de recomendaciones: eliminar previamente la suciedad con agua y jabón, respetar la dosis de lejía recomendada (con unas gotas basta), diluirla en agua fría, prestar atención y llevar especial cuidado con posibles salpicaduras en la cara, ojos y ropa y ventilar bien tras su uso.