Un reciente estudio de un equipo de la Universidad de Texas de Austin, en Estados Unidos, ha descubierto cómo murió nuestra ancestra más famosa, la australopiteca Lucy. Eso sí, esta autopsia llega 3,2 millones de años después de su muerte.
El estudio, publicado en la revista estadounidense 'Nature', estuvo liderado por John Kappelman que, según ha declarado a 'El Mundo', decidió iniciar una investigación en 2008 cuando descubrió que el húmero de la pierna derecha de esta homínida tenía una fractura poco común en los fósiles.
Después de imprimir en 3D el 40% de su esqueleto, hallado de en 1974 por Donald Johanson, y someterlo a una tomografía computerizada, se confirmó que la fractura del húmedo se debía a una caída desde una altura considerable, como la de un árbol.
El estudio apunta que Lucy cayó a una velocidad de 60 km por hora, por lo que se cree que se encontraba a una altura de unos diez metros, antes de que se produjese la caída que le causó la muerte.
Lucy era bípeda y caminaba erguida, pero también trepaba por los árboles. Sin embargo, estos homínidos perdieron poco a poco la habilidad de agarrarse a las ramas, aunque esto les permitió conquistar el suelo. Así, pese a la torpeza que causó su muerte, los descendientes de esta australopiteca se hicieron con el mundo, y ella se convirtió en la madre de la Humanidad.
Hasta amenazas de muerte
El precio de divulgar ciencia: amenazas, insultos y acoso, un problema que afecta especialmente a las mujeres
Un arma de doble filo Aunque muchos científicos logran acercar el conocimiento al público, cerca del 50% enfrentan insultos, amenazas e intimidaciones. Esta problemática afecta aún más a las mujeres, quienes constituyen el 57% de las principales víctimas de acoso en este ámbito.