En 2014, la revista Nature publicó el genoma mitocondrial casi completo de un fémur de la Sima de los Huesos, un "éxito increíble" que no se había conseguido nunca antes con fósiles humanos de tanta antigüedad, según informa el Museo de la Evolución Humana, con sede en Burgos, a través de una nota informativa.
La secuencia obtenida indicaba que el individuo estaba relacionado evolutivamente con los denisovanos, una población extinguida que vivió en Siberia, y no con los neandertales.
Fue un resultado "sorprendente" que contrastaba con el estudio paleontológico, publicado ese mismo año en Science, que mostraba unarelación evolutiva entre la Sima de los Huesos y los neandertales, que serían sus descendientes.
Entre las claves para entender esta divergencia se encontraba el hecho de que el ADN mitocondrial proporciona una información parcial, porque se transmite solo por línea materna, a diferencia del ADN nuclear, que se hereda por ambas líneas.
Por ese motivo, desde 2014 se ha estado buscando ADN nuclear en la Sima de los Huesos, una misión "casi imposible" dada la gran degradación del ADN a causa de su antigüedad.
El estudio publicado hoy da a conocer el hallazgo de un segundo fémur que confirma los resultados de ADN mitocondrial del primero, pero además proporciona ADN nuclear que lo relaciona con los neandertales.
También se ha recuperado un diente que aporta ADN nuclear del mismo tipo que el fémur, por lo que ambos descubrimientos convierten a la Sima de los Huesos en el único yacimiento fuera del suelo ártico en el que se ha recuperado ADN del Pleistoceno Medio.
Matthias Meyer, primer autor y líder de la investigación, asegura que este resultado indica que "la separación entre neandertales y denisovanos es anterior a los 430.000 años que tienen los fósiles de la Sima".
Del mismo modo, el hallazgo sugiere también que la separación de la línea que conduce al Homo Sapiens de las otras líneas, las de los humanos "arcaicos", se pudo haber producido entre hace 550.000 años y 800.000 años".
Además, con este intervalo de tiempo, los fósiles de Gran Dolina, también en Atapuerca, de Homo Antecessor y datados entre 800.000 y un millón de años, se confirman como los mejores candidatos para localizar el último antepasado común entre ambos.