Si bien las perseidas comenzaron el pasado 25 de julio y terminan el 18 de agosto, la mejor noche para intentar 'cazarlas' es la del domingo 12 de agosto al lunes 13 de agosto, y, como siempre, mejor en posición tumbado, en un sitio oscuro, sin obstáculos como edificios y árboles y sin instrumentos como prismáticos o filtros.

Aunque astronómicamente hablando sea un buen verano -habrá que estar pendiente de las nubes y de las condiciones meteorológicas en general-, no hay que esperar "una cascada" continua de estrellas fugaces y sí tener un poco de paciencia y buscar un buen lugar.

El cálculo de los modelos estándares dice que la actividad de las perseidas en condiciones perfectas se sitúa sobre los 100/150 meteoros cada hora -las estrellas fugaces son en realidad meteoros-, pero los expertos apuntan a que se podrán ver alrededor de 20 a la hora.

Además, la cantidad puede variar y en unos pocos minutos se pueden 'cazar' por ejemplo cinco y en media hora ninguno. Esta variación depende de muchas cosas: de la hora, del lugar elegido para la observación y de lo oscuro que sea, de la meteorología o de la agudeza visual del observador.

Las lluvias de estrellas se producen cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita alrededor del Sol entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo un efecto luminoso: los meteoros.

Estos fenómenos se pueden prever con antelación, ya que todos los años la Tierra en su camino alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de varios cometas, en este caso el 109P/Swift-Tuttle.

Cada año a principios de agosto nuestro planeta cruza la órbita de este cometa, que pasó cerca del Sol por última vez en 1992; su órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena.

Cuando se cruzan con nuestro planeta impactan contra la atmósfera; el choque produce, en estos minúsculos fragmentos, un aumento de temperatura de hasta 5.000 grados en una fracción de segundo, lo que hace que se desintegren y emitan un destello de luz, meteoro o estrella fugaz (las partículas más grandes pueden producir estrellas fugaces mucho más brillantes que se llaman bólidos), explica el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) en su web.

Como todos los años, centros y empresas de todo el país organizan observaciones de las perseidas. Por ejemplo, el Planetario de Pamplona, además de talleres, tiene dos salidas en la comunidad, una al Cerco de Artajona y otra a Ujué, y en Murcia, el observatorio astronómico del Cabezo de la Jara, también monta una observación de las "lágrimas de San lorenzo" guiada por expertos.

Dentro de su programa "El Cielo en el Planetario", el Parque de las Ciencias de Granada explica cómo observarlas y la localidad de Los Yébenes (Toledo) ha programado una molienda nocturna aprovechando el fenómeno.

Además, el IAC y la Universidad Politécnica de Madrid, se han unido en el proyecto "Contadores de Estrellas", financiado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.

Han elaborado una actividad didáctica para que cualquier ciudadano pueda colaborar en los conteos de meteoros -en todas las lluvias de estrellas, aficionados de la astronomía realizan conteos enviando datos a la Organización Internacional de Meteoros, lo que ayuda a calcular próximas tasas de actividad de meteoros-.