Este astuto reparto de recursos alimenticios puede explicar la superabundancia de fósiles de predadores encontrados en yacimientos de Marruecos y Níger. El calcio contenido en los restos fósiles fue lo que permitió a un grupo de investigadores franceses determinar las preferencias alimentarias de los dinosaurios carnívoros.

La investigación llevada a cabo en el laboratorio de geología de Lyon se basa en la cuestión de la convivencia entre tantos carnívoros en el norte de África, zona en la que los herbívoros eran inferiores en número.

En concreto, los científicos midieron las proporciones de diferentes isótopos de calcio contenidas en las huellas fósiles, como por ejemplo en el esmalte dental o en las escamas de pez. Las muestras fueron tomadas en la región de Gadoufaoua en el norte de Níger, donde los vestigios tienen 120 millones de años de antigüedad, y en la de Kem Kem de Marruecos, donde los restos alcanzan los 100 millones de años.

Para lograr la reconstrucción de las cadenas alimentarias, los expertos compararon la composición isotópica de potenciales presas como herbívoros con la de los dientes de los predadores.

Los datos obtenidos destacaron preferencias similares en ambos yacimientos y llegaron a la conclusión de que algunos dinosaurios carnívoros cazaban presas terrestres, mientras otros se decantaban por los animales acuáticos, como por ejemplo las especies de dinosaurios terópodos espinosáuridos. Además, observaron que en algunos casos tanto las presas acuáticas como las terrestres formaban parte de la dieta de algunos dinosaurios, como la del cocodrilo gigante sarcosuchus.