A pocos metros sobre el nivel del mar, entre Australia y Nueva Guinea, encontramos una isla del estrecho de Torres habitada hasta ahora por indígenas australianos. El mar está engullendo su cultura, su entorno y su tierra natal. Nazareth Fauid lamenta que era su "casa" y tiene a toda su familia allí.

Por eso, han denunciado ante la ONU al Gobierno de Australia por inacción frente al cambio climático. Algo que, dicen, viola sus derechos humanos. "Es como una parte de nosotros que nos están quitando", defiende Kabay Tamu.

La concentración de CO2 en la atmósfera ha alcanzado esta primavera niveles que no se alcanzaban desde hace tres millones de años: 415,26 partes por millón.

El Parlamento británico ha declarado la emergencia climática. Al menos 520 gobiernos locales han seguido sus pasos. En nuestro país, lo ha hecho Cataluña. "No sirve de nada hacer una declaración que no vaya más allá, que no tenga contenido y compromisos", denuncia José Luis García, responsable de cambio climático Greenpeace.

Las organizaciones ecologistas llevan años alertando del grave problema: "Antes de 2030 las emisiones mundiales tienen que reducirse a la mitad para evitar que la Tierra llegue a calentarse más de un grado y medio", alerta Greenpeace. Dicen que el riesgo es que se produzca aumento de losciclones, inundaciones, olas de calor severas o la desaparición de un millón de especies en el planeta.

Los movimientos sociales y estudiantiles reclaman acciones urgentes: "Nos gustaría decir que no hacen lo suficiente, pero desgraciadamente no hacen nada", asegura Guillermo Chirino, portavoz de Fridays For Future. Y convocan una huelga el martes para pedir, de cara a las elecciones europeas, medidas efectivas contra el cambio climático.