Bautizado como 'Leptofelis vallesiensis', este felino de apariencia similar a un gato pero con morfología que recuerda a la de las ginetas, tenía un tamaño parecido al de los actuales gatos monteses (entre siete y nueve kilogramos) y su porte esbelto le permitía dar grandes saltos para cazar o protegerse, según informa el MNCN-CSIC. El esqueleto que el equipo de investigadores descubrió de este pequeño carnívoro presenta una combinación de caracteres primitivos y modernos única entre los felinos conocidos.
"Es un buen ejemplo de lo que los paleontólogos llamamos mosaico de caracteres, algo característico en especies intermedias de muchos grupos de carnívoros", explica el investigador del MNCN-CSIC, Manuel Salesa, coordinador del estudio que se publica en 'Journal of Mammalian Evolution'. Según contextualiza, en el caso de 'Leptofelis', mientras que su extremidad anterior es relativamente moderna, similar a la de felinos actuales, su extremidad posterior muestra una serie de caracteres primitivos en la pelvis, el fémur y el tobillo, que recuerdan a la morfología de vivérridos arborícolas como la gineta.
Sus rodillas permitían una flexión mucho mayor que la de los felinos actuales, lo que indica que tenía unas capacidades excepcionales para el salto. Dicha habilidad le permitía atrapar aves cuando estas intentaban escapar iniciando el vuelo desde el suelo, como hace los actuales servales y caracales (una especie de linces africanos). Pero también podría usar esos potentes saltos para trepar a los árboles y escapar así del ataque de los grandes depredadores con los que compartía su hábitat.
Tal y como explica Salesa, 'Leptofelis' poseía en uno de los huesos del tobillo, el calcáneo, una inserción para el 'quadratus plantae', un músculo de la base de las patas, mucho más grande que la de otros felinos de su tamaño. "Esta inserción indica que el músculo era suficientemente potente para generar una fuerza de impulso mucho mayor al trepar a los árboles", comenta el experto, que subraya que, junto a estos rasgos de trepador, "la articulación del codo de 'Leptofelis' estaba diseñada para que este pequeño felino se moviera rápida y eficazmente por el suelo, algo también crucial para cazar y escapar de los depredadores".
Los datos obtenidos a partir de los fósiles indican que también que 'Leptofelis' vivió en un paisaje mixto, con presencia de árboles y arbustos, pero también con zonas más despejadas. "Este nuevo género nos cuenta una parte de la evolución de los felinos que era desconocida hasta ahora: la que transcurrió durante el Mioceno superior", indica por su parte Gema Siliceo, de la Universidad de Alcalá, que también ha participado en el estudio.
Según avanzan los investigadores, este trabajo tiene "mucho recorrido", ya que, además de los restos de este esbelto felino, han aparecido, también en Batallones, fósiles de una segunda especie de felino, mucho más grande que 'Leptofelis', y de cuyo estudio pronto se tendrá información. Los yacimientos de Batallones se formaron hace unos 9,5 millones de años, durante el Vallesiense, y han proporcionado fósiles espectaculares desde su descubrimiento en 1991.
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