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Con este modelo la marca de Goodwood completa la familia Black Badge.

Rolls-Royce Cullinan Black Badge: un oscuro deseo de lujo, exclusividad y mayor potencia

El SUV de Rolls-Royce se viste de negro con el tratamiento Black Badge y aumenta su potencia hasta los 600 caballos.

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En el Salón de Ginebra de 2016, Rolls-Royce presentó el acabado Black Badge para sus modelos Ghost y Wraith, y un tiempo después lo hizo extensible también al Dawn. Este acabado, que como su propio nombre sugiere destaca por la predominancia del color negro, está dirigido a aquellos que se niegan a ser definidos por los códigos tradicionales del lujo, y según la marca ha conseguido atraer a nuevos clientes.

Interior Rolls-Royce Cullinan Black Badge
Interior Rolls-Royce Cullinan Black Badge | Rolls-Royce

Ahora Rolls-Royce anuncia que completa la familia Black Badge añadiendo este tratamiento al Cullinan, el modelo con el que la tradicional compañía, en manos de BMW, sucumbió a la moda SUV. De este modo, el cliente que opte por el Cullinan Black Badge se ahorrará tener que elegir entre las 44.000 opciones de pintura que se ofrecen, ya que de manera predeterminada la carrocería del coche tendrá una tonalidad de color negro aplicada con múltiples capas de pintura y laca, y pulida hasta diez veces a mano.

El marco de la calandra del frontal, las colas de escape y otras piezas cromadas también se han oscurecido, llegando incluso a pintar la figura del Espíritu del Éxtasis de un negro brillante. Además, por primera vez en la historia el color del logo de la doble R se ha invertido, pasando a llevar las letras en plateado sobre fondo negro. Otro detalle inédito en la marca británica son las pinzas de freno rojas que equipa, las cuales se sitúan dentro de unas llantas específicas de 22 pulgadas.

Rolls-Royce Cullinan Black Badge
Rolls-Royce Cullinan Black Badge | Fuente Rolls

El interior cuenta con una tapicería de cuero negro, pero podrá configurarse al gusto del cliente con, ejemplo, un llamativo color amarillo haciendo contraste. En el techo se ha dispuesto el habitual cielo de estrellas simulado por 1.344 luces, y a lo largo de salpicadero y puertas se encuentran unas artísticas superficies de fibra de carbono que requieren un laborioso trabajo de 21 días.

Pero no sólo serán estos detalles estéticos lo que distinga al Rolls-Royce Cullinan Black Badge, ya que su motor V12 biturbo de 6,75 litros alcanza los 600 CV, siendo 29 caballos más potente que el modelo convencional.

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