Opciones ocultas disponibles previo pago ¿la nueva moda?

En un mundo donde el automóvil cada vez se parece más a los smartphones, parece lógico pensar que los servicios que funcionan en uno puedan aplicarse en otro. De este modo, los fabricantes piensan cada vez más es los sistemas de suscripción o los servicios de pago por uso, una forma diferente de vender coches y tecnologías en los que el usuario no paga por el vehículo sino por el uso que hace de este.

Al hilo de este cambio de filosofía no es descabellado pensar en coches cuyo hardware sea idéntico en todas sus variantes, pero que limite sus funciones y posibilidades en función del pago que realice el cliente. Esto se traduce en que un mismo coche pueda ser capaz de ofrecer más o menos posibilidades en función de los pagos que haya realizado su propietario para poder acceder a ellos. Sí, hablamos de un hardware idéntico que ofrecerá más o menos funciones en función de los desbloqueos que se realicen en el software tras el pertinente pago.

Esta situación que puede resultar difícil de entender para muchos ya se produce en la actualidad, pues cada vez es más habitual ver como los nuevos coches que llegan al mercado emplean arquitecturas modulares compartidas por diferentes coches, de muy diferentes precios y con grandes diferencias entre equipamiento. ¿Dónde reside entonces esa diferencia? En muchas ocasiones la diferencia entre disfrutar de una función determinada o su variante más capaz se limita únicamente a software, en otras ocasiones también implica el cambio de algún componente, pero es habitual ver como los tan de moda asistentes a la conducción comparten hardware y sólo con una actualización de software pueden desarrollar nuevas funciones y mejorar sus prestaciones.

Como mejor ejemplo de esta similitud entre coches y smartphones y las ventajas que ofrece esta forma de mejorar el equipamiento a posteriori tenemos a Tesla y las actualizaciones gratuitas OTA para todos sus modelos. A través de estas actualizaciones de software Tesla mejora funciones de sus vehículos, añade funciones e incluso puede reparar fallos, aunque eso sí, Tesla no cobra nada por ello y sin embargo hay fabricantes que estudian implantar el mismo programa previo pago.