Los neumáticos, aunque conserven dibujo, se degradan ¿cuándo debemos cambiarlos?

Son muchos los conductores que piensan que un neumático está en condiciones para circular cuando simplemente tiene dibujo. Pero hay más. Con el paso de los años, las ruedas se ‘cristalizan’, es decir, se endurecen y pierden gran parte del agarre que tenían, lo que conlleva un importante perjuicio en cuanto a seguridad. Además, la goma puede llegar a cuartearse o que le salgan grietas que aumentan el riesgo de reventón. El requerimento legal para circular es que la goma tenga una profundidad de dibujo de 1,6 mm. Por debajo de ella, nos podemos llevar una multa de 200 euros por rueda y, llegado el caso, incluso pueden inmovilizarnos el vehículo por considerarse que se pone en riesgo la circulación. Aunque no hay sanciones en cuanto a la antigüedad de la goma, si esta tiene muchos años estamos poniendo en peligro nuestra vida y la de los demás. Por regla general,  los fabricantes recomiendan revisar periódicamente los neumáticos que lleven más de cinco años montados en el coche y de la misma manera, recomiendan su sustitución a los 10 años desde que fueron fabricados. Hay que puntualizar que estas son cifras orientativas, y que varían según factores como la humedad o el frío. Y es que los neumáticos no dejan de estar hechos de caucho. Para averiguar la edad del neumático debemos fijarnos en la cifra de cuatro dígitos enmarcada en una especie de círculo en el lateral de la goma. Los dos primeros indican la semana del año y los dos últimos el año de fabricación. [caption id="attachment_17936" align="aligncenter" width="660"]

Este neumático está fabricado en la semana nº42 del año 2015[/caption]   Debemos tener en cuenta que la pérdida de agarre es paulatina con el paso de los años y que, aunque no vayamos ‘de rally’ por ahí, esta no sólo afecta a la adherencia lateral. También se alargan las distancias de frenado de emergencia y, cuando llueve, las cosas se vuelven mucho más delicadas en ambas situaciones. Alguno podrá pensar que con las ayudas electrónicas como el antibloqueo de frenos (ABS) o el control de estabilidad (ESP) no pasa nada. Lo cierto es que estas son un complemento porque ayudan a no bloquear las ruedas y a mantener la trayectoria del vehículo, pero recuerda que el el límite de adherencia lo marca el agarre del neumático y las ayudas electrónicas no pueden vencer las leyes de la física.