La Lotería de Navidad de este año deja, a pesar de todo, una buena noticia para los pocos afortunados que gocen del premio: el intervalo de exento —es decir, el rango de dinero obtenido con el décimo por el que no hace falta declarar nada a Hacienda— ha aumentado considerablemente. Frente a los 20.000 euros de límite del año pasado (en ediciones anteriores de 10.000 y 2.500 euros), ahora cualquiera puede cobrar hasta 40.000 euros sin necesidad de pagar impuestos.

Así se estableció en los Presupuestos Generales del Estado de 2018, y así lo confirma también Patricia Moreno, miembro del bufete Hedilla Abogados (un despacho especializado en el asesoramiento legal y jurídico de Administradores de Loterías), que explica el procedimiento de tributación ante este premio: “El intervalo ha ido cambiando con el paso del tiempo, y para la Lotería del Niño de este año ya se había aprobado el exento”, indica al otro lado del teléfono.

La experta recuerda que la aplicación de estos impuestos funciona solo cuando se ha cruzado el umbral. Es decir, si una persona gana en la lotería 50.000 euros, deberá pagar a Hacienda el 20% de los 10.000 euros que pasan el límite (porque el límite está en 40.000). “Cuando recibes el premio ya está completamente descontado de impuestos”, insiste Moreno. Antes se podía cobrar en las propias administraciones de lotería, pero ahora el número es tan alto que sí o sí debe cobrarse en alguna entidad bancaria.

¿Y qué pasa con las participaciones?

Con respecto a las participaciones —una categoría de juego no oficial en la que se pueden compartir décimos de lotería—, “aunque depende de cómo se hayan hecho”, señala Moreno, ocurre lo mismo que con los décimos corrientes. La diferencia principal está en que la retribución se le cobrará a la persona o entidad que ha repartido esa participación, y esta, posteriormente, deberá descontar la cantidad que va destinada a impuestos para cada participante.

“En el caso de las participaciones, concretamente cuando se hace entre amigos, recomendamos que se abra una única cuenta del banco entre todos”, apunta la experta. La razón radica en los impuestos que se pueden cobrar si se hace de forma separada: “La persona que reciba ese premio y lo reparta entre sus amigos lo imputará como una donación, y eso tributa”, explica.

Junto con eso, Moreno ha recalcado que, a la hora de cobrar el premio, el banco (sea el que sea) deberá abonar la cantidad al ganador. No obstante, en función de cómo se haga el trámite, es posible que tenga que pagar alguna cantidad extra o no: “Lo mejor es abrirse una cuenta en ese mismo banco, porque si no la entidad emitirá un pagaré, y eso se traduce en gastos”, concluye la jurista.