Pedro Sánchez le ha dicho sí a Felipe VI. El líder socialista está dispuesto a presentarse a una investidura. Que pueda ganarla y gobernar es otro cantar. El encargo que le ha hecho Felipe VI no parece fácil a día de hoy. En el aire empieza a respirarse ya la posibilidad de una investidura fallida. Pedro Sánchez no tiene asegurado el apoyo de ninguno de los partidos políticos del arco parlamentario que podrían facilitarle la investidura: Unidas Podemos, PNV, Compromis, Partido Regionalista Cántabro, Coalición Canaria e, incluso, en un momento dado podrían ser claves los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro. No tiene su apoyo, principalmente, porque no ha empezado a negociar con ellos. A la espera de que el Presidente del Gobierno en funciones les llame, todos tienen ya preparada su lista de deseos a cambio del sí. Condiciones para unos y líneas rojas para otros. Ninguno vende barato su apoyo por el momento.

Pedro Sánchez dice que quiere formar Gobierno "cuanto antes" pero lo cierto es que, hasta el momento, no ha tenido prisa. Han pasado ya 40 días desde las elecciones generales pero el líder socialista ha preferido esperar. Observando los movimientos de otros partidos, viendo de lejos el desgaste de algunos líderes y moviendo las fichas de Comunidades Autónomas y Ayuntamientos. Y lo que te rondaré. Él elige la fecha de investidura y puede jugar con los tiempos a su antojo. Habrá que esperar hasta el lunes 17 de junio para que, una vez constituidos los Ayuntamientos y encauzadas las presidencias autonómicas, el horizonte empiece a despejarse. La ronda ahora se mueve de Zarzuela al Congreso. A partir de la semana que viene el gobierno empezará los contactos con los partidos políticos. Tenemos entretenimiento para unos cuantos días más.

Pedro Sánchez se verá otra vez con los líderes de los tres grandes partidos: Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias. Ya les recibió a los tres en Moncloa la semana después de las elecciones generales. Entonces, Casado y Rivera le dijeron que no apoyarían su investidura. Ayer volvieron a repetirlo, pero Sánchez regresa a la casilla de salida. Busca su abstención en la investidura. Que le dejen empezar a gobernar. Sin ataduras, e ir ganándose los apoyos iniciativa a iniciativa durante la legislatura. Sería la única manera de no depender de los independentistas. Eso que tanto le reprochan Casado y Rivera.

Ver otra vez a Pedro Sánchez reunidos con los Presidentes de PP y Cs es un jarro de agua fría para Pablo Iglesias. Otro. Lleva unos cuantos desde las elecciones generales. El líder de Podemos esperaba verse con el líder socialista después de las elecciones autonómicas y municipales para empezar a trazar las líneas de un Gobierno compartido. No solo no se han visto. Ni tan siquiera se han llamado. El Gobierno de coalición sigue esperando. Quizás nunca llegue. Vuelvo a darles el mismo consejo que hace varias semanas: no hagan apuestas sobre la gobernabilidad. Hay muchas posibilidades de perder. Bastante tenemos con ver cómo se pierden los días sin Gobierno como para perder también el dinero.