Pues ya es oficial. España, un país sin niños y niñas. Lo esperado, vamos. Espero que a nadie le sorprendan estos datos. Vivimos en un país envejecido que se enfrenta a datos históricos de nacimientos y a una preocupante crisis de natalidad, que viene acompañada de una crisis aún más grave: una crisis de cuidados para un futuro incierto de bienestar social.

¿Quién cuidará de nuestros mayores en esta sociedad donde tener hijos e hijas parece que ya no se lleva?, pensarán algunas personas, ante estos datos alarmantes, que muestran una insostenible pirámide invertida y que colocan a nuestro país en la cola del mundo. Y de nuevo, el foco en las mujeres con una pregunta que abre reportajes desde el miércoles pasado, cuando se publicaron los datos actualizados en el INE.

¿Por qué las mujeres no tienen más hijos e hijas? ¿Por qué las mujeres retrasan la edad de ser madres? Como si fuera una alegre decisión por tomar, que depende solo del deseo personal o la voluntad individual de las mujeres. Respiro para no cabrearme ya de buena mañana, café en mano. Si es que yo lo entiendo, cuando algo así ocurre, hay que buscar culpables o distraer la atención, confundir al personal, no vaya a ser que nos demos cuenta de la verdad. Y la verdad es que el sistema nos da la espalda, que tener hijos e hijas hoy en día es un imposible para muchas mujeres, que tienen que elegir entre ser madre y tener trabajo, por ejemplo. Entre ser madre y renunciar a su trayectoria profesional. Entre tener más hijos e hijas y llegar a final de mes.

7 de cada 10 mujeres tendrían más hijos e hijas si contarán con medidas de conciliación y estabilidad económica, dice nuestro estudio de 'Las Invisibles' y con este dato se dice todo. Todo lo necesario para espetarle al Gobierno la verdadera pregunta:

¿Qué va a hacer el Gobierno por solucionar la crisis de natalidad que golpea fuerte al futuro de nuestra sociedad? Escucho el eco de mi pregunta desde aquí. Veo como llega a Moncloa, golpea en las paredes de todos los ministerios sin encontrar respuestas, solo un silencio de: "nos callamos y que la culpa caiga encima de las mujeres, a ver qué pasa".

El problema de base es que ser madre en este país tiene un coste muy alto, un coste personal, económico y profesional inasumible. En una sociedad donde la conciliación no existe, donde el sistema no reconoce ni valora la maternidad y donde la lucha se hace muy complicada cuando tener un trabajo digno, una vivienda digna y una situación económica estable se aleja cada día más de nuestra edad fértil. Y entonces la sociedad nos engaña, haciéndonos creer que criar con 50 no está nada mal, que las prioridades de las mujeres han cambiado y que podemos con todo, adaptándonos a un sistema que no nos protege y que no permite que seamos madres si así lo deseamos. Demasiados obstáculos.

¿Y por qué no miramos a nuestro lado? Sí, porque no cargamos un poco de culpa también en nuestros compañeros y parejas hombres, cuando los tenemos. Porque la realidad es que las mujeres ya no estamos dispuestas a renunciar y cargar con todo, la corresponsabilidad es clave para cambiar esta inercia social. Ellos también tienen que ocuparse y ejercer su derecho a ser padres. Porque me pregunto. ¿Si existiera un plan de medidas públicas a la maternidad, si la conciliación no fuera una utopía, si ser madre no estuviera íntimamente ligado a renunciar profesionalmente, si los hombres fueran corresponsables y las empresas no vieran un problema en las madres, el número de nacimientos mejoraría? No tengo la respuesta, pero es que todo esto es de justicia social. Entonces no nos quedemos con los datos, sino con las situaciones que estamos viviendo, queramos ser madres o no.

Las mujeres ya estamos acostumbradas a cargar con la culpa de todo, así que: "adelante". Aquí estamos, siendo juzgadas por no querer ser madres, siendo juzgadas por ser madres cada vez más mayores y siendo juzgadas por no tener la suficiente descendencia para solucionar el problema.