Las lámparas de luz ultravioleta para secar las uñas acrílicas o de gel se utilizan cada vez más. La moda en auge de la decoración de uñas o nail art y la necesidad de acortar los tiempos de secado ha popularizado su uso. De media, las personas que utilizan estos dispositivos lo hacen durante 10 o 20 minutos cada quince días, que es el tiempo de repintado o restauración que duran este tipo de esmaltes.

Hace unos días se publicó un nuevo artículo científico fruto de una serie de estudios sobre los efectos de la radiación ultravioleta que se utiliza para acelerar el secado de los esmaltes de uñas. La motivación de estos estudios es que se han registrado casos de carcinomas de células escamosas y queratosis actínicasen el dorso de las manos atribuibles al uso intensivo de estos dispositivos de secado. Aunque es algo que se viene estudiando desde hace años, la principal novedad es que esta vez se han analizado células de mamíferos, entre ellas fibroblastos y queratinocitos humanos, que son células que componen nuestra piel, y se ha determinado que estas lámparas producen mutaciones y daños en el ADN que son potencialmente cancerígenos.

¿Cómo se secan las uñas acrílicas y de gel?

El endurecimiento de las uñas acrílicas y de gel es un proceso químico de varias reacciones encadenadas que comúnmente se denomina "curado". Se llaman "uñas de gel" a aquellas que no modifican la longitud de las uñas, y "uñas acrílicas" aquellas que reconstruyen la uña encima de la natural, normalmente dándole más longitud. En ambos casos la composición de los productos utilizados es similar. Se basan en una mezcla de monómeros y oligómeros acrílicos disueltos en disolventes orgánicos como alcanos o alquenos, pigmentos responsables del color, fotoiniciadores o iniciadores térmicos que regulan el endurecimiento (generalmente cetonas), y otros aditivos como por ejemplo antioxidantes.

El proceso de curado o endurecimiento consiste en lo siguiente. Los monómeros y oligómeros acrílicos son como pequeñas cadenas sueltas. Estas cadenitas tienen tendencia a enlazar entre sí formando una red (polímero reticulado). Cuanto más reticulada esté la red, más duro quedará el esmalte. Cuando las uñas se dejan secar al aire, la red se va formando lentamente como consecuencia de la volatilización del disolvente, que acerca las cadenitas y propicia la formación de enlaces. El calor acelera este proceso, por eso a menudo se usan secadores con aire caliente. La radiación ultravioleta lo acelera mucho más porque activa los fotoiniciadores, que vienen a ser como unos eslabones sueltos de las cadenitas (radicales libres) que crean rápidamente muchos puntos de enlace.

¿Qué es la radiación ultravioleta?

La radiación ultravioleta son ondas electromagnéticas, un tipo de luz que no podemos ver a simple vista pero de la que tenemos constancia de sus efectos. Clasificamos a las ondas electromagnéticas según su energía. Hay que imaginarse que las ondas son como una cuerda que agarramos por un extremo y la agitamos hasta hacerla serpentear. Si la agitamos muy fuerte, las ondulaciones de la cuerda tendrán las crestas muy juntas. Mientras que si la agitamos con menos vigor, las crestas se separarán. La distancia entre las crestas de la onda se llama "longitud de onda", puesto que es una longitud se mide en metros. Como es una longitud tan pequeña utilizamos el "nanómetro" (nm) como unidad, que equivale a la milmillonésima parte del metro. Cuanto mayor sea la longitud de onda, menos energía tendrá (se agita con menos vigor); y cuanto menor sea la longitud de onda, más energía tendrá.

Las ondas electromagnéticas que vemos como luz o como el color de las cosas son ondas con una longitud de onda comprendida aproximadamente entre los 400 y los 750 nm. Por encima estaría la radiación menos energética que no vemos como el infrarrojo, pero que percibimos como calor. Y por debajo de los 400 nm estaría la radiación más energética, como la ultravioleta. A su vez, la radiación ultravioleta la dividimos en tres tramos: UVA (320-400 nm), UVB (290-320 nm) y UVC (100-290 nm), siendo esta última la más peligrosa de las tres. La UVB atraviesa la epidermis, la capa más superficial de la piel, mientras que la UVA alcanza la hipodermis, que es la capa más profunda de la piel.

La radiación ultravioleta (así como la visible o la infrarroja) nos llega directamente del sol. Por fortuna la capa de ozono nos protege completamente de la UVC. De la radiación UVB y UVA nos tenemos que proteger utilizando productos con fotoprotección. Además del sol, las cabinas de bronceado y las lámparas de secado de esmalte de uñas emiten radiación ultravioleta, generalmente solo UVA.

¿Qué efectos tiene la radiación ultravioleta UVA?

La radiación UVA deja "firmas mutacionales" en las células, es decir, causa unos daños que sabemos que fueron provocados por ella. Estos daños los leemos en el ADN. El ADN es como el libro de instrucciones que cada célula de nuestro cuerpo guarda en su interior. El ADN se escribe con solo cuatro letras (A de adenina, T de timina, C de citosina y G de guanina). Estas letras se unen entre sí de dos en dos formando siempre las mismas sílabas (la T se une a la A, y la C se une a la G). Estas sílabas se unen formando palabras, las palabras forman frases y las frases forman el libro completo. En ese libro están escritas nuestras cualidades (color de ojos, de piel, sexo, algunas enfermedades, etc.) y dan instrucciones a las células sobre cuáles son sus funciones, cómo se reproducen, etc. Algunas alteraciones en las letras, sílabas o frases no producen grandes efectos, pero otras pueden provocar que las células se comporten de forma anómala llegando a producir diferentes tipos de cáncer.

Las alteraciones en el ADN que ocasiona la radiación UVA son de dos tipos fundamentales. Unos son daños directos que se observan como sílabas que no deberían existir (una T unida a una C, o una T unida a otra T, o una C unida a otra C) que se llaman "dímeros de pirimidina". Los dímeros de pirimidina están relacionados con el cáncer y la inmunosupresión. Los otros son daños indirectos en los que la radiación UVA forma unos compuestos que reaccionan con el ADN. Son las "especies reactivas de oxígeno" (ROS) que reaccionan con la guanina (G) del ADN oxidándola a "8-oxo-7,8-dihidroguanina" (8-oxo-dG). Esta forma oxidada de la guanina está relacionada con algunos tipos de cáncer y con la inmunosupresión. Además, las ROS producen manchas en la piel y destrucción de la estructura, es decir, arrugas y flaccidez.

¿Qué mutaciones producen en el ADN las lámparas de secado de uñas?

En este estudio se sometieron células humanas de la piel (fibroblastos y queratinocitos) a la radiación típica de las lámparas UVA que se usan para el secado del esmalte de uñas. Durante veinte minutos se irradiaron con una energía de 9 Julios por centímetro cuadrado, emulando las condiciones habituales de los salones de manicura y de los dispositivos caseros. Esto lo hicieron durante varios días para reproducir el uso real de estas lámparas. Un par de semanas después se secuenció el genoma de las células, es decir, se leyeron las sílabas, palabras y frases del ADN de las células en busca de daños o "firmas mutacionales".

En el último estudio se encontró que las lámparas UVA no producen dímeros de pirimidina, pero sí producen ROS y una acumulación de guanina oxidada (8-oxo-dG). En este estudio demostraron que los rayos UVA con longitudes de onda entre 365 y 395 nm, que generalmente se consideraban seguros y se usan comúnmente en una gran cantidad de productos de consumo, en realidad sí causan daños oxidativos en el ADN que conducen a mutaciones relacionadas con el cáncer.

Estos resultados podrían explicar los casos de carcinomas de células escamosas y queratosis actínicas en el dorso de las manos de personas que utilizan estas lámparas con asiduidad. Hay casos registrados de personas que utilizaron estas lámparas dos veces al mes durante quince años, cada tres semanas durante dieciocho años y otro caso de una persona con antecedentes de carcinoma que padeció un cáncer no melanoma en las manos después de usar esta lámpara solo ocho veces en un año.

¿Qué se puede hacer para reducir el riesgo?

Las lámparas de secado de esmalte de uñas tienen diferentes denominaciones: lámparas ultravioleta, dispositivos UVA, lámparas LED… Todas ellas emiten radiación UVA, de lo contrario no funcionarían, no acelerarían el endurecimiento de la laca.

La Skin Cancer Fundation, así como las revistas científicas de dermatología, recomiendan limitar el uso de estas lámparas lo máximo posible, y en su lugar dejar las uñas secar al aire, o utilizar secadores de aire caliente, o aplicar top coat de secado rápido, que son cosméticos que contienen reactivos reticulantes que aceleran el curado sin necesidad de aplicar luz o calor.

Si vas a seguir usando lámparas UVA, se recomienda aplicar un protector solar de amplio espectro (que proteja de la radiación UVA además de la UVB) antes de exponer las manos a la luz ultravioleta. Es importante que el protector solar cuente un factor de protección UVA elevado (hay que fijarse que el envase indique el UVA-PF o PPD) y con filtros que protejan hasta los 400 nm.