Los que están preocupados constantemente con relatos para ir contra el Gobierno ocurra lo que ocurra proyectan en los demás para culpar a los que se fijan en los hechos estar detrás de un relato. La vandalización de las vías del AVE que dejaron a más de 10.000 usuarios sin servicio ha vuelto a provocar una cascada de reacciones con el único fin de generar una corriente de opinión pública favorable a sus intereses. La nueva polémica ridícula ha sido una trinchera entre los defensores del sabotaje al AVE y los del robo de cuatrerillos. Se me escapa la motivación que hay detrás de pensar que el Gobierno es responsable en el caso de que sea un robo y no tiene la culpa de la protección de las infraestructuras si es un sabotaje, porque debe protegerlo en cualquier circunstancia sin importar la motivación que hay detrás. Los hechos acaban sepultados en segundo plano y lo único que prevalece es una guerra de relatos que nunca tienen en consideración el esclarecimiento de los hechos para minimizar los riesgos. Pasó con las reacciones al apagón con una guerra ideológica entre renovables y nucleares y ha pasado con el paro del AVE ubicándose de manera acrítica en una trinchera sin valorar los hechos.

Los hechos que hacen sospechar que puede ser un sabotaje y no un simple robo. Es necesario un conocimiento técnico importante para saber la zona donde no hay vigilancia, han accedido por pistas forestales entre olivares y han elegido un día de impacto muy importante ya que era la vuelta del puente de mayo y comienzo de la feria de Abril en Sevilla. Es necesario tener conocimiento de los cables que no son peligrosos ya que en la alta velocidad la catenaria tiene 25.000 voltios y han ido a por los cables que aportan información al centro de control y el tren para saber que la vía está despejada. Se han robado 200 m de cable en cinco puntos distintos. Unos 40 metros de cables por punto. Los cables robados apenas tienen cobre y el valor del cable robado oscila entre los 300 euros y los 500 euros. Un valor escasísimo para la operativa necesaria para robarlo y los estragos producidos. Además, el coste penal del robo es muy superior a la ganancia económica. ¿Eso implica que haya sido un sabotaje? Pues no, porque hay gente que delinque como modo de vida y cualquier ganancia le sirve. Porque hay gente inconsciente y que no valora los riegos. ¿Puede ser un robo? Sí, el robo más absurdo y con menos beneficio económico realizado por alguien con unos buenos conocimientos técnicos y una operativa muy elevada y que le puede generar unos costes penales elevadísimos. Expresar ambos hechos no tiene que ser un problema hasta que se dirima la responsabilidad y la motivación del suceso. Pero hay indicios para considerar que la motivación puede trascender la de un simple robo sin que se convierta todo en una batalla política.

La Guardia Civil tiene como principal hipótesis que el acto vandálico ha sido por motivos económicos. Puede que para una mente racional sea ridículo llevar a cabo una operación de este tipo para sacar 500 o 1000 euros, pero en la mente de quien habitualmente lleva a cabo este tipo de robos ese puede ser un botín suficiente sin tener en consideración las consecuencias para ellos mismos y para la población general ni el riesgo a la seguridad de miles de personas que pueden ocasionar. Hay algún punto negro de seguridad que hay que abordar. Las primeras pesquisas hablan de que estuvieron robando clave hasta una hora después de que abrieran la verja y por lo tanto saltaran las alarmas. No es normal que tardaran tanto en acudir la seguridad al lugar de los hechos después de que saltaran las alarmas, eso no hubiera evitado el corte del tráfico, pero al menos habría facilitado coger a los saboteadores. Además se tiene que mejorar con premura la atención a los pasajeros cuando un hecho como este se produce. Pero el esperpento ha llegado también a las reacciones de algunos periodistas y analistas.

Es bastante cómico el ridículo que hacen ciertas personas al haber diagnosticado que su nicho para sobrevivir en el mundo mediático es el de perfil progresista que únicamente critique al Gobierno para ganarse las migajas de atención del mundo ultra y facho. En esa línea hay quien de manera indisimulada ha comenzado a criticar con fiereza cualquier hecho que puede servir para atizar al Gobierno hasta el punto de pedir seguridad en los más de 4000 kilómetros de línea de alta velocidad que tenemos. Ha habido incluso que lo ha comparado con el hecho de que Felipe González pusiera seguridad con el Ejército en la línea de Madrid a Sevilla durante la Expo 92, sin considerar que en aquellos años solo había 400 kilómetros de alta velocidad, existía una banda terrorista que había amenazado la infraestructura y además había tropas de reemplazo al existir el servicio militar obligatorio y la operativa solo tuvo que durar seis meses. Los relatos están llevando al delirio hasta las mentes más preclaras. Eso sí que es un sabotaje a la inteligencia.