Les voy a contar un truco para cogerse unos días libres y llamarlo huelga. Basta con ser juez o fiscal. El Ministerio de Justicia ha dado los datos del seguimiento de la "huelga" de jueces y fiscales contra la reforma de la justicia del ministerio de Félix Bolaños. Un seguimiento masivo. Un solo juez. Uno solo. Uno de los más de 5000 que hay. En el caso de los fiscales el seguimiento fue mayor. La hicieron 28. Un éxito total. Es cierto que hubo muchos otros que esos días no fueron a trabajar, pero no hicieron huelga, simplemente faltaron al trabajo, se cogieron unos días libres a costa de los españoles que pagamos su sueldo, se fumaron el curro. Pasaron de ir y de comunicar que hicieron huelga. Les voy a explicar el truco.
El Ministerio de Justicia paga el sueldo de jueces y fiscales. Pero es lo único que hace, no tiene otra potestad sobre la situación laboral de los jueces. Paga y calla. El Gobierno de los jueces depende del Consejo General del Poder Judicial, es el que tiene que controlar, sancionar y fiscalizar su labor, y es el que tiene que transmitir los datos de quien hace huelga para que el Ministerio de Justicia pueda descontar el salario correspondiente a una jornada de huelga. El CGPJ ya dijo en 2018 que los jueces no tienen reglado el derecho a huelga, así que como los jueces convocaron una huelga para lo que no hay reglas el CGPJ pasó de controlar quién faltaba al trabajo y quién no. La decisión quedaba en los mismos jueces que debían comunicar al CGPJ por cualquier vía si hacían huelga, y eso solo lo hicieron dos jueces, uno de ellos con servicios mínimos, mandando un mail.
El CGPJ pasó de controlar qué jueces faltaban al trabajo porque ellos también son jueces y magistrados, porque ellos se controlan a sí mismos, y si no tienen los nombres de quien hizo huelga no pueden trasladarlo al pagador de las nóminas que es el ministerio de Justicia. El ministerio no puede descontar la nómina a quien no sabe que faltó al trabajo. Así que lo que hicieron los jueces y fiscales fueron unas jornadas de días libres con actos sociales y reivindicativos a cargo del erario público, pero no fue una huelga.
Cualquier colectivo laboral funciona de esta manera: se convoca una huelga, se hace, los superiores notifican al empleador quién no ha ido y el empleador descuenta el salario de la nómina. Pero como aquí los superiores y los empleadores no pertenecen al mismo cuerpo laboral, pueden eludir esa responsabilidad y hacer una huelga fake. Los jueces se controlan a sí mismos y basta con no controlarse para cobrar esas jornadas no trabajadas.
Estos días hemos visto el coste de una huelga de verdad con los trabajadores del metal en Cádiz. Detenidos, golpeados y criminalizados. A quienes sí les costaba dinero faltar al trabajo. Las huelgas duelen, cuestan mucho, acaban con la salud mental y la economía de los huelguistas. La clase trabajadora lo sabe, sabe que una huelga genera mucho dolor, que en ocasiones los costes son de tal calado que implica la solidaridad mediante cajas de resistencia. Por eso es un insulto a los trabajadores y trabajadoras que usan este recurso como última salida ver a esta caterva de privilegiados jugar a huelguistas usando subterfugios de ricos para sentirse por unos días como clase obrera pero diluyendo todo el coste personal, social, emocional y de reivindicación que tiene la herramienta más poderosa de los más vulnerables para mejorar su situación.
La casta togada está consiguiendo con sus actuaciones a todos los niveles ganarse el desprestigio de la ciudadanía. Mostrarse como una burbuja de burgueses que solo responde a sus derechos y privilegios sin atender a sus deberes. A las actuaciones en los juzgados, en los que cada día dan una muestra de impunidad y soberbia, se une ahora a la instrumentalización del derecho a la huelga sin los costes que lleva aparejada. Quieren hacer huelga y sentir los beneficios que conlleva una demostración de fuerza como esa pero hacen todo lo posible para librarse de los perjuicios que tiene.
Ellos son funcionarios y no pueden sufrir las consecuencias laborales que los sectores que no tienen asegurado el empleo sufren, el único menoscabo a su situación que pueden tener al hacer huelga es ver cómo la nómina les merma y ni eso va a suceder porque han maniobrado de manera artera para imposibilitar que eso se produzca. Prueben ustedes a faltar al trabajo jugando a ser como los jueces, entenderán rápido lo que es el privilegio.