¿Qué le importan a Alberto Núñez Feijóo los derechos de las mujeres? Es una pregunta que es necesario hacerse no solo por sus acuerdos de gobierno con un partido supremacista masculino que niega la violencia machista, sino por su propio comportamiento, declaraciones y actitudes.

Para Feijóo los derechos de las mujeres no son una prioridad, son simplemente un estorbo sobre el que contestar de manera atribulada, nerviosa y huidiza en ruedas de prensa sin dejarle marcar su propia agenda, que siempre deja en segundo lugar los derechos de las mujeres. Su defensa nunca es una línea roja para pactar y formar Gobierno.

En una entrevista al diario 'El Mundo', Alberto Nuñez Feijóo hizo un diagnóstico certero, a veces acierta, de su fracaso cuando le preguntan por qué el PP no cumplió las expectativas el 23-J: "Por cuatro razones. La primera: el incremento del 8% de las pensiones a más de 10 millones de españoles ha tenido un rédito electoral. La segunda, las mujeres. Sobre todo, las jóvenes de 18 a 35 años. Ante los discursos de la negación de la violencia machista de Vox o ante los actos contra el colectivo LGTBI, se han movilizado mayoritariamente a favor del PSOE. Tercera: un exceso de confianza de la mayoría de las casas demoscópicas. Y cuarta: los acuerdos poselectorales con Vox no han estado bien gestionados. Y creo que el PSOE ha utilizado algunas manifestaciones de Vox, que no comparto, sobre volver a aplicar el 155 en Cataluña o sobre la violencia machista".

No se puede decir que Alberto Nuñez Feijóo no sepa cuáles son las prioridades de las mujeres a la hora de mostrar sus intereses y preocupaciones, el líder del PP sabe, es consciente, y así lo expresa. Las ideas de Vox son contrarias a las preferencias de la mayoría de las mujeres españolas, simplemente a Feijóo le da igual, lo sabe, pero no va a cambiar la posibilidad de conseguir el poder solo porque sepa que las mujeres se ven agredidas por las ideas de sus socios de Gobierno.

Para el líder del PP las mujeres son una rémora que le alejan del Gobierno pero que tendrá que salvar acumulando apoyos por otro lado. Si las mujeres los ven como una amenaza, espera que sean los hombres los que le presten su apoyo.

Para el PP solo hay una línea roja, no hablar, ni negociar con Bildu porque en sus listas hubo condenados por terrorismo. Pero esa línea roja contra la violencia se diluye y hace tenue cuando se trata de ejercerla sobre las mujeres y sancionar a quien la ejerce. Alberto Nuñez Feijóo fue ante el rey a pedir la investidura explicándole que era el indicado porque tenía más votos garantizados que Pedro Sánchez, al asegurar que poseía el voto de 172 diputados. Los votos de su partido más los de Vox, de UPN y Coalición Canaria. Entre esos votos, Feijóo cuenta con el apoyo de Carlos Flores Juberías, un condenado por violencia machista, sin que eso le perturbe lo más mínimo ni haya mostrado algún tipo de incomodidad por su presencia.

El motivo que utilizó el PP parajustificar el acuerdo con Vox en Valencia es que habían conseguido la dimisión de su cargo. Que fuera apartado, que no entrara en el Gobierno, da un poco igual precisamente porque era completamente inaceptable que una persona con una condena de ese tipo formara parte del acuerdo.

Pero el Gobierno de España es más jugoso que el de la Comunidad Valenciana y el voto del condenado les sirve sin poner en cuestión su apoyo. Les sirve porque los derechos de las mujeres son circunstanciales y prescindibles para la derecha. No se trata de lo que se dice, ni de lo que trata de justificar con escasa fortuna en medios de comunicación el ridiculizado por la evidencia Borja Sémper, sino de lo que se hace y concreta en acuerdos de gobierno y políticas públicas.

Para el PP, las mujeres, sus necesidades, y los derechos humanos que les asisten son un estorbo para un bien superior. Un impedimento para acceder a la Presidencia sin hacer absolutamente nada para remediarlo repudiando sus acuerdos con Vox. Si a Feijóo le importaran las mujeres, sabiendo que estas han votado al PSOE por sus acuerdos con Vox ya los habría roto.