Camiones refrigerados inundan España cada mañana. Descargan cajas y cajas de pan congelado, el origen de la primera gran guerra del pan. Las masas congeladas se han hecho con la mitad del mercado. El 48% del pan que comemos los españoles es de este tipo.

Su consumo crece, un 8% sólo en el último año. Esta industria tiene unos beneficios anuales de más de 900 millones de euros en España.

Queremos conocer por dentro este gran negocio, pero no obtenemos respuesta. Toda la industria del pan congelado se pone de acuerdo para que no grabemos en ninguna de sus fábricas. Los supermercados son los principales clientes de esta industria, los primeros que revientan los precios del pan.

Son el primer gran enemigo de panadero tradicional. Las pequeñas tiendas de alimentación que despachan pan se convierten en otro enemigo del panadero de toda la vida.

Según afirma el economista Juan Carlos Martínez Lázaro, “el pan puede actuar como un elemento de reclamo, no solamente por su precio sino también para incrementar las ventas en supermercados, en tiendas, que de alguna manera lo utilizan como un producto de enganche”.

Sólo el 52% del pan que compramos se vende en panaderías tradicionales. En España, el pan se despacha en 20.000 puntos de venta. El sector mueve 5.000 millones de euros anuales y da empleo a 366.000 personas. Hay mucho en juego.