Una niña de cuatro años jugaba en el agua con un enorme flotador de unicornio hinchable y cuando sus padres se percataron, la corriente ya se la había llevado mar adentro.

Avisaron a Salvamento Marítimo, que salió en busca de la menor. La misión se convirtió en un rescate agónico porque después de una hora y media de búsqueda, encontraron el flotador, pero sin la niña. "Nos pusimos en el peor de los casos, porque una niña tan pequeña que no sabe nadar, nos suponíamos que era difícil encontrarla con vida", apunta Pablo Ochoa, patrón de Salvamento Marítimo.

Por suerte, dos minutos más tarde encontraron a la pequeña nadando al límite de sus fuerzas: "Nos la encontramos boca arriba, nerviosa y un compañero la oyó gritar. La subimos al barco, estaba muerta de frío, la desnudamos por completo, la vestimos con nuestra ropa. Todo fue un reencuentro muy bonito, los padres estaban muertos de miedo y llorando, la verdad que fue emocionante".

Los servicios de rescate avisan de que con viento o corrientes, estas colchonetas tan voluminosas se desplazan con mucha velocidad. Están hechas para piscinas, no tanto para mar abierto. Este caso no es aislado, este verano se multiplican los rescates por culpa de este tipo de colchonetas.