La Policía de Oklahoma (EEUU) mató a una persona que no hizo caso a los agentes y resultó ser una persona sorda que no pudo escuchar las indicaciones, han reconocido fuentes policiales.

Magdiel Sánchez falleció en la puerta de su casa tras recibir un disparo por hacer caso omiso a los agentes, que le ordenaron soltar una tubería que llevaba consigo y tirarse al suelo, pese a que al menos un vecino intentó alertar a la Policía de que no podía oírles.

Los hechos sucedieron cuando dos agentes trataban de localizar al dueño de un vehículo que poco antes se había visto involucrado en un accidente de tráfico y se había dado a la fuga.

Los agentes recibieron un aviso de que el conductor del vehículo podría ser el padre de Magdiel, por lo que se dirigieron a su domicilio.

Al llegar, el teniente Matthew Lindsey se encontró con Magdiel sentado en el porche de su casa y con una tubería entre sus manos, por lo que decidió pedir refuerzos.

"Cuando llegó la unidad de refuerzo comenzaron a darle indicaciones para que soltara el arma y se tumbara en el suelo", relató el jefe de la Policía de Oklahoma.

En ese momento, Sánchez se puso en pie y se dirigió hacia los agentes, aún con la tubería en sus manos. Pese a que, según reconoció Mathews, había al menos un vecino avisando a los agentes de que Sánchez no podía escucharles, Lindsey utilizó una pistola eléctrica contra él, mientras que un segundo agente, el sargento Christopher Barnes, disparó su arma reglamentaria y le mató.