El pequeño Bobby había nacido con un grave problema por el que sólo había desarrollado la mitad de su corazón. Los médicos del hospital de Health, Reino Unido decidieron realizar una operación a corazón abierto para acabar con el problema.

Padre e hijo con sus cicatrices emparejan

Con tan sólo tres meses, el pequeño fue intervenido en una operación de seis horas. Para llegar al corazón, los médicos tuvieron que hacer una gran cicatriz en el pecho de Bobby. Esta no será la única intervención a la que se enfrentará el pequeño a lo largo de su vida.

La cicatriz de Bobby en el pecho

Conforme su corazón vaya creciendo, Bobby tendrá que volver a operarse. Según 'Daily Mirror', el padre quería demostrarle a su hijo que, pese a que se tenga que enfrentar a numerosas operaciones a lo largo de su vida, no va a estar sólo.

Richard Davies, el hombre de 29 años decidió tatuarse la misma cicatriz que tendrá su hijo en su pecho para siempre. Tras dos horas en manos de un tatuador, Davies tiene una cicatriz tatuada en el pecho.